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Friday, September 28, 2007

"BUSINESS IS BUSSINES", LO DEMÁS NO IMPORTA

"BUSINESS IS BUSSINES", LO DEMÁS NO IMPORTA
2007-09-27.
Guillermo Morales Catá, Corresponsal en Barcelona de Misceláneas de Cuba

Coca Cola y Mac Donalds son dos de los símbolos exponentes de lo que es
la globalización del mercado. Están allí, en países comunistas, en el
África donde la gente se muere de hambre, en las dictaduras de
izquierdas y de derechas e incluso, a un costado de la Plaza San Pietro,
en el mismo Vaticano. Los negocios no creen en fronteras; mucho menos en
ideologías. Esta es una afirmación real, cierta. Basta con girar la
cabeza a nuestro alrededor. La realidad se impone. No hay dudas.

Hago esta reflexión porque siempre me he preguntado el por qué siempre
son los fuertes, o las democracias sólidas, las que siempre dan el
primer paso, los que mueven siempre ficha, a la hora de hablar de
política con la dictadura castrista. El ejemplo más reciente es el caso
español.

Cuando en el 2003 la Unión Europea (UE) decidió congelar el diálogo con
La Habana después que el régimen castrista enviara a las cárceles a 75
reconocidos disidentes, Castro dijo, como si tuviera "la sartén por el
mango", que si la condición para la cooperación pasaba por la discusión
de la violación de los derechos humanos en Cuba, pues que también
renunciaba a las ayudas de la UE.

Así de claro fue el dictador. También le dijo lo mismo a España. Y así
han pasado casi tres años hasta que hace unos cuatro meses fue el
Canciller español a La Habana y las autoridades dijeron esta vez que
"estarían dispuestas" a retomar el diálogo pero sin "injerencia en los
asuntos internos de la Isla".

Claro que, lo que el mundo entero conoce como "discusión sobre las
continuas violaciones de los derechos humanos en Cuba", los hermanos
Castro le llaman de otra manera: "injerencia en los asuntos internos de
la Isla". Paradojas del verbo, engaño del entendimiento.

En entrevista a Misceláneas de Cuba, esta misma semana, el Secretario
Ejecutivo de Relaciones Internacionales del Partido Popular de España
(en la posición), Jorge Moragas, ha dicho que el Gobierno de Zapatero
"siempre comete el mismo error que consiste en mover ficha antes que la
dictadura y confiar en la buena fe del régimen. Sólo es admisible la
cooperación previa liberación de los presos políticos y una vez se
pongan en marcha las reformas políticas que se merecen los cubanos. El
problema es que con su debilidad castrista Zapatero arrastre en ese
error a toda la Unión Europea".

Y tiene toda la razón el político español. Con toda certeza es el
ejecutivo español quien hace guiños a La Habana. ¿Por qué? ¿Cómo es
posible que una nación democrática forme parte del juego? ¿Quizás porque
los socialistas, por principios, se identifican con los comunistas de La
Habana? ¿Tal vez porque Zapatero quiere hacerse una foto con Castro o su
hermanísimo? O, tal vez no, tal esa no es la razón.

Hoy ha comenzado en La Habana la décimo quinta edición anual del Comité
Empresarial Hispano-Cubano con la asistencia de 72 grandes empresas
españolas. El Presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio de
España, Javier Gómez Navarro, preside la delegación española.

Según informes de prensa desde La Habana, Gómez Navarro "prevé reunirse
con los ministros cubanos de Turismo, Manuel Marrero; Industria Básica,
Yadira García Vera; Comercio Exterior, Raúl de la Nuez, y con el
vicepresidente del Banco Central, René Lazo".

"Madrid y La Habana negocian desde hace varios meses un acuerdo sobre la
deuda que Cuba mantiene con España y que en la actualidad ronda los
1.000 millones de euros, de los cuales unos 600 millones corresponden a
la deuda contraída antes de la caída de la Unión Soviética y la
desaparición del llamado campo socialista", dice hoy un cable de Europa
Press.

Téngase en cuenta que hoy es España el tercer socio comercial de Cuba
después de China y Venezuela; pero la Isla es también el tercer mercado
en importancia de España en América Latina tras Argentina y México.

Y eso es ahora, porque el futuro se muestra más prometedor para España
porque en caso de que los Estados Unidos decidan levantar el bloqueo
económico, financiero y comercial contra la Isla, ya los españoles
habrían tenido afianzada su presencia en Cuba.

Y dada la inestabilidad política hoy en la Isla, consecuencia de la
grave enfermedad por la que atraviesa Castro, el futuro es incierto
pero, con toda seguridad, prometedor para las empresas españolas.

A más de 800 mil millones de euro subió el intercambio comercial entre
ambos países en el año 2006 y la cifra pudo haber crecido en más de un
14 por ciento en lo que va de año, según fuentes muy bien informadas en
La Habana que han preferido guardar su anonimato tras ser consultadas
por Misceláneas de Cuba.

Esto demuestra que los dineros no creen en filosofías ni en pensamiento,
ni mucho menos en políticas de Estado. Siempre hay una brecha, una
hendidura pequeña por minúscula que fuere. Negocios son negocios; lo
demás parece no importar.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=11846

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