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Tuesday, November 19, 2013

Negación, necedad, evasión o estafa

Negación, necedad, evasión o estafa
[19-11-2013]
Alberto Medina Méndez

(www.miscelaneasdecuba.net).- Frente a la realidad se pueden asumir
diferentes actitudes. Los hechos están allí, pero es cierto que pueden
ser interpretados, observados desde miradas distintas, y hasta abordados
de modo singular.
Es un denominador común de este tiempo que ciertos gobiernos prefieran
no reconocer los problemas por los que atraviesan, que decidan
ignorarlos o hasta relativizar su magnitud.

Ante este panorama, algunos ciudadanos se inclinan por creer que se
trata de un fenómeno propio de la psicología, el de la "negación", ese
mecanismo de defensa por el que, en este caso un gobierno y sus
partidarios, se enfrentan a un conflicto negando su existencia, o al
menos su relevancia.

La negación implica rechazar sistemáticamente aquellos aspectos de la
realidad que resultan incómodos. De cara a las amenazas que significa
admitir lo que está sucediendo, la negación actúa como una coraza que
protege y ayuda a superar el mal momento, omitiendo lo que ocurre.

Para otros solo es necedad, cierta imposibilidad para comprender lo que
acontece y así la respuesta natural para rechazar la crítica pasa por
construir argumentos que refuten cada embate, recurriendo a
comparaciones con el pasado, relaciones con el contexto y hasta recursos
extremos desde lo intelectual como la equiparación del apoyo popular que
deviene de las mayorías numéricas con la verdad absoluta.

La obstinación, su terquedad y hasta su ignorancia definen al necio, ese
que ante lo evidente, opta por insistir en sus justificaciones y cuando
ya no los tiene reaccionar infantilmente apelando al berrinche.

Cierto sector de la sociedad también apegado a una interpretación más
bien patológica desea creer que los gobiernos y gobernantes solo repiten
lo que muchos individuos hacen en sus vidas personales; la evasión. Como
la realidad no les ofrece lo que quieren ver, la eluden invocando
conspiraciones en las que confabulan contra sus nobles intenciones y así
los fracasos son el producto de endemoniados intereses que destruyen todo.

Mucho de lo que explican, hasta puede resultar verosímil, porque
mencionan incidentes aislados que pueden parecer funcionales, pero
siempre asumiendo que los inconvenientes detectados son consecuencia de
responsabilidades ajenas. Plantearlo así, elusivamente, les permite no
tomar decisiones, ya que lo que sucede tiene que ver con errores de
terceros y no con desaciertos propios que merezcan ser subsanados.

Un grupo numeroso y cada vez más importante, piensa que solo se trata
todo de una simple estafa. Los gobernantes saben de la existencia de los
problemas, pero conviven con ellos porque les resulta funcional su
presencia. En algunos casos no saben cómo solucionarlos, no tienen idea
alguna de por dónde empezar, pero en otros, las recetas que tienen a
mano, las necesarias, los obligaría a tomar determinaciones que les
resultan muy antipáticas y de un elevado costo político.

Bajo esas circunstancias, deciden sostener sus teorías a rajatablas,
aguantar hasta donde se pueda y apostar al optimismo de que la fortuna
que suele acompañarlos permanecerá al menos durante algún tiempo.

Saben que algún golpe de suerte siempre puede extenderles el plazo, y
que mientras tanto la gente creerá en sus retorcidas historias y su cada
vez más endeble relato. Así, podrán estirar el presente, casi hasta el
infinito.

Tienen siempre a mano un plan de salida. Ese que les permitirá
convertirse en las víctimas de algún complot y construir su leyenda
cuando no pueda dilatarse más. Por ahora recorren el hoy como les sale,
aprovechándose de la ingenuidad de muchos y sobre todo estafando a una
sociedad siempre vulnerable a los encantos de los embaucadores
profesionales.

Saben muy bien lo que ocurre, pero eligen el engaño, el fraude y lo
hacen a conciencia. La insistencia en razonamientos que permitan
sustentar esa farsa no es más que la confirmación de su perversidad y de
su falta de respeto a la inteligencia de las personas a las que intentan
engañar a diario.

No preocupa tanto la actitud de los gobiernos y los gobernantes. Después
de todo, cualquiera sea la causa que los motive a hacer lo que hacen,
solo tiene que ver con su propia supervivencia y la prioridad de seguir
en el poder. Equivocados desde lo estratégico o no, intentan retener el
mando a cualquier precio y frente a su indiscutible ineficacia para
resolver situaciones, el camino de hacer de cuenta que no existen parece
un recurso excesivo, pero transitoriamente útil y por lo tanto aplicable.

Lo difícil de comprender es como tantos individuos, los mas de ellos sin
recibir nada a cambio, defienden genuinamente posturas que no tienen
asidero. Se pueden entender simpatías, afinidades y hasta preferencias
ideológicas y políticas, pero la alternativa de aplaudir errores no
parece ser de personas inteligentes o de bien.

Si solo se tratara de negación, pues la terapia psicológica podría ser
un camino de solución, aunque en este caso al ser tan numerosa por la
cantidad de personajes involucrados sería mejor un grupo de autoayuda.

Distinto sería el caso de la necedad o la evasión. Más tarde o más
temprano, el proceso decantaría y la realidad los impulsaría a entrar en
contacto con el mundo concreto.

Ahora, si se tratara de una despreciable estafa, realmente es grave,
porque significaría que la comunidad está en manos de delincuentes, de
gente que permanentemente manipula al resto para conseguir lo que
pretende, acudiendo al embuste como dinámica natural, al fraude como
lenguaje estable, y en ese caso, solo cabe que la sociedad despierte
para hacer lo que corresponde cuando de tramposos se trata.

No hay que descartar casi nada. Puede que se trate de negación, necedad,
evasión o simple estafa, aunque es probable que cada uno ya haya elegido
su interpretación de los acontecimientos.

Mientras tanto vale la pena repetir aquella frase que se le atribuye a
Ayn Rand cuando decía que "podemos evadir la realidad, pero no podemos
evadir las consecuencias de evadir la realidad".

Source: "Negación, necedad, evasión o estafa - Misceláneas de Cuba" -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/528b349e3a682e149454b03a

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