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Sunday, November 10, 2013

La Iglesia en manos de Francisco

La Iglesia en manos de Francisco
CARLOS ALBERTO MONTANER | Miami | 10 Nov 2013 - 10:09 am.

¿A dónde va a llegar la revolución de Bergoglio en el Vaticano?

El papa Francisco va a revolucionar al catolicismo. Ya está en eso. La
encuesta ordenada desde el Vaticano para averiguar qué es lo que creen
los seglares sobre algunos temas sociales —el matrimonio gay y la
adopción, los anticonceptivos, el divorcio y la comunión, las uniones de
hecho, y así hasta 39 cuestiones—, es una jugada maestra para desarmar
al ala conservadora de la jerarquía eclesiástica enquistada en la
estructura de la Iglesia.

Durante siglos, Roma se ha servido de las autoridades y de la palabra de
los papas y dignidades de la Iglesia para dictar e imponer las normas
morales. La institución sospechaba de la capacidad de los simples
creyentes para establecer juicios de orden ético, al extremo de prohibir
durante siglos la lectura de la Biblia sin autorización del cura o el
obispo. Ahora, Francisco va a preguntarles su opinión a los católicos de
a pie, probablemente para fortalecer sus propias opiniones, y acaso para
demostrar que la Iglesia son todos, fundidos en lo que los católicos
llaman el "cuerpo místico de Cristo". Jesús es la cabeza. El resto son
todos los cristianos bautizados.

Jorge Mario Bergoglio, un monarca electo dotado con enormes poderes,
podía haberse aprovechado de la condición de infalibilidad que le
atribuyen a los papas desde el Concilio Vaticano I de 1870, pero no ha
querido hablar ex cathedra, proclamar nuevos dogmas e imponer su
voluntad. Su estilo no es ése. Por sus declaraciones ("quién soy yo para
juzgar…"), y por su rechazo al boato y a los lujos, demuestra una
humildad natural que ha cautivado a creyentes y no creyentes. Es un papa
rompedor, pero, al mismo tiempo, parece ser un constructor de consensos.

Su carácter revolucionario no quiere decir, por supuesto, que es uno de
esos religiosos conquistados por la visión marxista de la Teología de la
Liberación o por la deriva chavista de este disparate ideológico. Es
demasiado listo para caer en ese burdo error. Probablemente, su larga
experiencia dentro del populismo peronista lo ha vacunado contra esta
fatal manera de afrontar las tareas de gobierno y de entender las
relaciones entre el Estado y la sociedad.

Fue todo un síntoma que se atreviera a recibir en privado al líder
opositor venezolano Henrique Capriles, encuentro que casi todos los
gobernantes latinoamericanos han declinado cobardemente, y que en un
acto anterior hiciera colocar estratégica y públicamente a Berta Soler,
la líder de las Damas de Blanco, para darle su bendición, mensaje que no
debería pasar inadvertido al sector pusilánime de la jerarquía religiosa
cubana.

¿A dónde va a llegar la revolución de Bergoglio en el Vaticano?
Probablemente, muy lejos. Estos procesos de cambio se sabe cuándo y cómo
comienzan, pero no cuándo y cómo terminan. La iglesia católica tiene que
discutir muchos temas pendientes. Uno de ellos es el papel de la mujer
dentro de la Institución.

La Iglesia hereda la vieja tradición misógina del Medio Oriente, donde
la mujer vivía segregada y en un segundo plano, pero no hay nada en el
cristianismo que realmente impida que puedan ser ordenadas sacerdotes,
ascender a obispos, cardenales y, si se tercia, a papisas. ¿Por qué no?
Si algo hizo crecer al cristianismo dentro del mundo romano fue,
precisamente, su carácter inclusivo y universal. Allí cabían todos:
hombres, mujeres, esclavos, libertos, niños, ancianos, blancos y negros.
"Católico" quiere decir universal.

Otro tema que sacude a la Iglesia es el del celibato. ¿Por qué a un Dios
misericordioso que quiere a su grey le va a complacer que los sacerdotes
se priven de amar carnal y humanamente? ¿No se casaron los curas durante
el primer milenio de la Iglesia? ¿Acaso "crecer y multiplicarse" no es
la conducta normal de la especie? ¿No entenderían mucho mejor los
problemas de las parejas y de las familias quienes tienen esa
experiencia? ¿No habría menos casos de pederastia entre los religiosos
si tuvieran acceso legítimo a personas del sexo opuesto?

Hace siglos, otros cristianos, con Lutero a la cabeza, un fraile
agustino, emprendieron una profunda reforma religiosa. Estas son buenas
preguntas para un próximo cuestionario. Pero la indagación clave acaso
sea ésta: ¿le ha llegado la hora al catolicismo?

Source: "La Iglesia en manos de Francisco | Diario de Cuba" -
http://www.diariodecuba.com/internacional/1384074591_5865.html

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