El sacerdote que seguirá su misión en Cuba

El sacerdote que seguirá su misión en Cuba
Carlos Peteira dejará la parroquia Sagrado Corazón, en General Alvear,
donde trabaja desde 2003. Quiere recuperar las comunidades católicas
cubanas abandonadas hace décadas.
Edición Impresa: domingo, 17 de noviembre de 2013

Como prácticamente se crió en la parroquia del barrio de Flores, Buenos
Aires, centro de la actividad social y recreativa de la época, además de
religiosa, para Carlos Eduardo Peteira (49), más conocido en Alvear como
"el padre Carlos", es natural contestar que su sacerdocio comenzó a los
5 años. "Era eso y la escuela", recuerda con simpleza.

Patio de juegos y espacio de travesuras -su carácter actual indica
claramente que debe haber sido el autor de muchas- la iglesia en la que
también rezaba de tanto en tanto fue su segunda casa desde la primera
infancia y su único hogar desde los 10 años, cuando en 1975 decidió
ingresar al seminario.

Su formación lo llevó hasta 1985 a Paraná, Entre Ríos, y de allí fue
destinado a San Rafael, donde se ordenó sacerdote en 1988 con Monseñor
León Kruk, a quien recuerda como "un gran obispo".

En 1989 tuvo a cargo su primera parroquia en el barrio Unimev, La Divina
Misericordia, y bien vale decir que fue un trabajo acorde con su
experiencia, porque no había edificio, casa parroquial o siquiera un
terreno donde levantar la iglesia.

Dueño del ímpetu que lo caracteriza, casi tan grande como su talla
física, el joven cura encabezó la construcción "a pico y pala" junto con
los vecinos de la zona. "Se trabajaba los fines de semana por las noches
y en cada momento libre. Se hizo todo desde cero", relata, tarea que fue
coronada durante la década siguiente con miles de bautismos, comuniones
y confirmaciones de los jóvenes del lugar.

En 2003 los feligreses de General Alvear lo vieron desembarcar para
reemplazar al padre Álvaro Ezcurra al frente de la parroquia Sagrado
Corazón de Jesús, la más grande del departamento, y aunque el carisma de
su predecesor dejó una profunda huella en su gente, Peteira supo
conquistar en poco tiempo el afecto de la comunidad a fuerza de una
potente voz de barítono y un sentido del humor a prueba de balas, al que
ni siquiera pudieron amargar las sucesivas derrotas y el descenso a la B
nacional del River Plate de sus amores.

"Pobre padre Carlos, les mandó saludo a los bosteros en medio del
sermón, se ve que se los quería comer", contó una señora que asistía a
una misa que fue interrumpida por una caravana de hinchas de Boca que
celebraban algún campeonato. "Es una cruz que debo cargar", afirma el
sacerdote con toda seriedad, aunque el brillo de sus ojos lo desmientan.

Desde entonces su misión fue darle impulso a los movimientos católicos
locales, lo que él define como "arrancar desde abajo" y fortalecer la
vida institucional de las seis capillas y el centro pastoral que
dependen de su parroquia, algo más del 60 % de la población alvearense.
En ese lapso se puso en marcha también la FM Radio María, que ya lleva 6
años al aire, y se culminó la construcción de la capilla de la Adoración
Perpetua, que demandó años de trabajo.

Conforme con su tarea desde entonces, le tocó encarar más trabajos en lo
edilicio con una profunda restauración de la parroquia, además de
hacerse cargo del tradicional Instituto San Antonio y sobre todo
"caminar mucho", tarea que no pasó desapercibida ante sus superiores y
en agosto de 2012, el padre Carlos viajó a Cuba como parte de una
delegación de clérigos enviados por la conferencia Episcopal Argentina.

Durante un mes se aclimató a las temperaturas tropicales de la Ciudad de
Santa Clara, donde están sepultados los restos del Che Guevara, y
comenzó su reconocimiento de la localidad de Yaguajay en la provincia de
Sancti Spíritus, donde será destinado por tres años a partir de enero de
2014.

Próximo a dejar atrás la que fue su casa durante los últimos diez años,
el padre Carlos parte feliz y confía en retornar al término de su misión
cubana, pero admite con melancolía que le cuesta mucha irse. "Cuando los
chicos se cuelgan de la sotana y preguntan por qué me voy, me destrozan,
es un gran sacrificio", dice.

Sabe que su impronta deja una marca profunda y mientras arma las valijas
y se prepara para una labor que anticipa difícil: recuperar a pie tantas
comunidades cubanas que fueron abandonadas hace décadas por falta de
sacerdotes en la isla, llegando incluso a los lugares más recónditos.

Source: "El sacerdote que seguirá su misión en Cuba - Diario Los Andes"
-
http://www.losandes.com.ar/notas/2013/11/17/sacerdote-seguira-mision-cuba-750671.asp