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Thursday, November 07, 2013

El nuevo paisaje comercial cubano

El nuevo paisaje comercial cubano
[07-11-2013]
Elías Amor
Economista

(www.miscelaneasdecuba.net).- La Habana, Artemisa y Mayabeque, en virtud
del reglamento publicado en la Gaceta Oficial Extraordinaria No. 35,
pasan a realizar un nuevo experimento dentro de las reformas del
castrismo, esta vez para la distribución comercial. Las autoridades
quieren que el drama diario de los cubanos para encontrar algo que
llevar a la mesa, se pueda paliar de alguna manera con la introducción
de nuevas formas tanto en la red mayorista como minorista. La cuestión
es si lo conseguirán.
Los nuevos mercados mayoristas de abasto para la venta de productos
agropecuarios, administrados por empresas estatales que arrendarán la
instalación a una cooperativa no agropecuaria de servicios, la cual a su
vez, subarrendará los espacios del local, vienen a confirmar que la
experiencia estatal toca a su fin, y que los mercados, en buena medida,
pasan a ser gestionados por los agentes privados, eso si, bajo el rígido
control estatal.

El modelo parece inspirado en "El Trigal" de Boyeros, que funciona por
la noche y madrugada ofreciendo sus servicios a todo tipo de clientes.
La liberalización de los mercados mayoristas parece una solución
razonable, pero insuficiente, que supone dejar atrás la experiencia
fracasada de Acopio. La vuelta a la actividad realizada por privados,
aunque bajo rígido control estatal, se puede interpretar de forma
positiva, aunque el alcance de los resultados será limitado.

En los nuevos mercados mayoristas, se crea la figura del vendedor
mayorista de productos agropecuarios que acude al mercado a vender o
comprar los productos para luego ofertarlos a los minoristas en los
lugares autorizados por la administración provincial. De igual modo,
podrán comercializar en los mercados mayoristas los productos que compre
a los productores que acuden a dicho establecimiento, estando prohibida
la venta de productos importados.

También en el ámbito comercial minorista se ha anunciado cambios
significativos. Las nuevas formas autorizadas son: los mercados
minoristas propiamente dichos; los puntos de venta en ellos situados; y
trabajadores por cuenta propia, bajo la figura de carretilleros o
vendedores de productos agrícolas de forma ambulatoria.

Respecto a los mercados minoristas, la nueva ordenación establece cuatro
modalidades.
En primer lugar, los establecimientos estatales en los que se venden los
productos agropecuarios a precio centralizado por acopio y a precios
regulados por las empresas que los suministran, aceptando que también se
puedan vender otros en función de oferta y demanda. Estas entidades
serán las únicas que podrán vender los escasos productos cuyos precios
que quedan bajo control del estado (arroz, frijoles, patata, maíz seco,
boniato, naranja, toronja y tomate)

En segundo lugar, los mercados gestionados por cooperativas no
agropecuarias, de los que no se ofrece más información y que, al
parecer, llevan algún tiempo en funcionamiento.

En tercer lugar, los mercados que son establecimientos estatales y que
se alquilarán a las unidades productoras y a trabajadores por cuenta
propia, que asumen todos los gastos de gestión, y venden a precios de
oferta y demanda.

En cuarto lugar, los mercados agropecuarios de oferta y demanda,
administrados por empresas estatales, que arriendan espacios y ofrecen
servicios de medios de pesa o almacén, entre otros. La venta de
productos es en condiciones de precio de oferta y demanda.

Se prevé en una segunda fase autorizar la actividad de los "tarimeros"
un trabajador por cuenta propia en la venta minorista de productos
agropecuarios que obtendrá el puesto en el mercado clásico o en otros
que alquile, sin indicar como se producirá esa adjudicación.

Con relación a los llamados puntos de venta, que serán administrados por
las unidades productoras y que podrán pertenecer a los pequeños
agricultores propietarios o usufructuarios, poco más se señala salvo que
podrán vender a precios de oferta y demanda.

Finalmente, la figura de carretillero o vendedor ambulante regresa al
paisaje de las ciudades cubanas estando reguladas sus funciones por los
consejos locales de administración.

Por otra parte, a los llamados "centros de consumo social" se les
autoriza a adquirir productos agropecuarios a precios de oferta y
demanda, tanto en los mayoristas como minoristas, siempre que se ajusten
en el gasto al presupuesto.

El hecho que la mayor parte de la distribución comercial, mayorista y
minorista, se oriente por precios de oferta y demanda, es una buena
noticia, pero el alcance de estas medidas se encuentra limitado por la
intervención y control estatal en casi todas las nuevas figuras, así
como la imposibilidad de acceder a la propiedad privada de los activos
con los que se realiza la nueva función comercial.

Los nuevos distribuidores deberán alquilar al estado, o en su caso, a
las cooperativas autorizadas a operar en los mercados, los espacios
desde los que van a desarrollar sus actividades. No se vislumbra el
nacimiento de un sector comercial privado. Los canales de distribución
se hacen complejos bajo la pesada injerencia del estado. Una forma de
distribución comercial muy primitiva, cuasi feudal, no será capaz de
atender las necesidades de una sociedad en movimiento. Las reformas
estructurales tendrán que producirse realmente. Ya veremos cuándo

Source: "El nuevo paisaje comercial cubano - Misceláneas de Cuba" -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/527b59b93a682e1550db0000

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