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Thursday, November 21, 2013

Biscet - el preso a quien los diablos se niegan a soltar

Biscet: el preso a quien los diablos se niegan a soltar
[21-11-2013]
Alfredo M. Cepero

(www.miscelaneasdecuba.net).- "Estoy convencido de que el régimen
castrista no cambiara hacia una democracia con libertad. Ha demostrado
esta resistencia al cambio, a perder el control absoluto sobre el pueblo
y sus prebendas, desde que el tirano rechazó las sugerencias de Mijaíl
Gorbachov con motivo de su viaje a La Habana en abril de 1989".
Dr. Oscar Elías Biscet, Presidente de la Fundación Lawton de Derechos
Humanos y del Proyecto Emilia

Si no contáramos con ningún otro detalle sobre la vida azarosa y heroica
de Oscar Elías Biscet, solamente el párrafo que encabeza este trabajo
sería suficiente para darnos cuenta de los principios sólidos, el
carácter íntegro y el valor personal de este genuino opositor cubano.
Sus palabras no dejan duda alguna de que Biscet nunca ha sido ni podría
haber sido jamás un disidente--para disidir hay que haber estado alguna
vez de acuerdo--porque en ningún momento ha sido miembro del partido,
funcionario gubernamental o prestado servicio en las fuerzas armadas.

Biscet no habla en generalidades, no elogia cambios cosméticos, no
especula sobre transiciones ficticias echadas a rodar por el régimen, no
esconde sus opiniones sobre los represores, ni acepta otra solución que
no sea la de una absoluta libertad sin tiranos. Es un opositor de cuerpo
entero. Habla el lenguaje directo y sincero que merece un pueblo que ha
sido víctima de la mentira y del engaño por tanto tiempo. Por eso los
diablos lo temen y se empecinan en mantenerlo preso en la gran cárcel
que sigue siendo Cuba a pesar de las falsas liberaciones de presos
políticos.

Y, hablando de liberaciones de presos, en marzo del 2011 fueron
finalmente puestos en libertad los 52 presos restantes del grupo de 75
que habían sido condenados durante la llamada Primavera Negra de marzo
del 2003. El cardenal Jaime Ortega Alamino y los socialistas españoles
aparecieron como gestores de un acto humanitario cuando en realidad le
tiraban una tabla de salvación a un régimen satánico acosado por una
opinión internacional que finalmente despertaba a sus fechorías.

Biscet y otros doce compañeros de cautiverio permanecieron en Cuba y se
negaron a aceptar el destierro forzoso a España que era parte de la
componenda. Con la mirada del mundo sobre ellos, los tiranos se tragaron
la píldora pero sólo por el momento. Los puso en una lista negra que los
condenaba a la gran cárcel virtual que exige un permiso del gobierno
para salir del país. Que yo sepa, y por razones que desconozco, dos
miembros de dicha lista han logrado salir de Cuba pero con la condición
de que no pueden regresar a ella. Como era de esperar y como hemos
comprobado ahora, ni Biscet aceptaría esas condiciones ni el régimen se
arriesgaría a hacer excepciones con un adversario tan temido.

¿Quién es este hombre que con la única arma de su amor a la justicia y a
la libertad amedrenta a una satrapía despiadada y armada hasta los
dientes? Muy breve pero muy necesario para disipar las patrañas que la
tiranía lanza contra quienes la combaten, baste decir que la vida de
Biscet es un compendio de servicio a la patria. En 1985 obtuvo su título
de Doctor en Medicina en la especialidad de medicina interna. En 1987
comenzó a ejercer su profesión y a dar clases de medicina en el Hospital
Obstétrico-Pediátrico de Hijas de Galicia en La Habana.

En 1997, fundó la Fundación Lawton de Derechos Humanos y, durante 10
meses, llevó a cabo una investigación clandestina donde fueron
documentados con estadísticas extraoficiales los procedimientos de
aborto bajo el régimen comunista. El 3 de noviembre de 1999, fue
arrestado por primera vez y acusado oficialmente de delitos tales como
"deshonrar los símbolos nacionales", "desorden público" e "incitar a
conducta delictiva".

A finales del 2002, y después de cumplir una sentencia de tres años, el
Dr. Biscet fue puesto en libertad y se le permitió regresar a su hogar.
Sólo un mes más tarde, fue arrestado de nuevo y condenado a veinticinco
años de cárcel muchos de los cuales cumplió en condiciones de total
incomunicación en una prisión de la provincia de Pinar del Río.
Finalmente, fue puesto en libertad condicional en el mes de marzo de
2011. En total, doce años en una de las prisiones más degradantes,
despiadadas y tenebrosas que ha conocido América.

Pero, como este hombre que ha jurado que jamás saldrá de su patria, no
parece dispuesto a darse por vencido, el nueve de enero del 2013 fundó
el Proyecto Emilia. Un documento valiente en que el Dr. Biscet y una
decena de opositores al régimen comunista, denunciaron la opresión y las
violaciones de los derechos humanos, así como demandaron una transición
a un sistema de democracia representativa.

Al mismo tiempo, quienes hemos hecho una profesión de la lucha contra
los regímenes represivos sabemos que la rebeldía frente a ellos se paga
muy cara. Ahora la tiranía castro-estalinista le ha pasado la cuenta y,
al mismo tiempo, se asegura de que no se escuche su voz de denuncia sin
miedos y sin subterfugios. Biscet no saldría a hablar tonterías sino a
desnudar a la tiranía para que el mundo la contemple en toda su maldad
intrínseca. Por eso le han negado el permiso para asistir a la ceremonia
de conmemoración del 50 aniversario de la creación del premio de la
Medalla Presidencial de la Libertad, instaurado por el Presidente John
F. Kennedy en 1963.

Este premio, que han recibido personalidades como Martin Luther King,
Lech Walesa, Nelson Mandela y Margaret Thatcher, no tiene connotación
ideológica sino se otorga como reconocimiento a aquellos que se han
destacado en el servicio a sus semejantes en cualquier actividad de la
vida humana. Biscet lo recibió en el 2007, mientras se encontraba
todavía en la cárcel, por decisión del Presidente republicano George W.
Bush.

Siguiendo el protocolo y con motivo de conmemorarse el medio siglo de su
instauración el Presidente demócrata Barack Obama invitó al doctor
Biscet y a su esposa Elsa a la ceremonia que tendrá lugar el próximo 20
de noviembre en el Smithonian Museum, en Washington D.C. Solamente otros
dos cubanos, el Dr. Pedro Greer, Jr y el músico Arturo Sandoval han sido
objeto de tal honor.

Este 20 de noviembre Biscet fue el gran ausente en una ceremonia
pletórica de significado que sin dudas habría servido de paliativo a las
heridas físicas y emotivas que le fueron causadas por la tiranía en sus
12 años de prisión. Otro momento de felicidad que le robaron los tiranos
como fue antes la separación de sus hijos, de su esposa, de sus padres y
de sus amigos.

Pero, aunque susceptible a todas esas emociones, el Biscet que yo
conozco no se alimenta de elementos externos sino de su mundo interior.
Un mundo donde reside la fuerza inagotable de sus principios y de su
vocación de servicio al pueblo por el cual ha sacrificado lo mejor de su
juventud. Eso jamás se lo podrán arrebatar los tiranos.

Source: "Biscet: el preso a quien los diablos se niegan a soltar -
Misceláneas de Cuba" -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/528dfb9e3a682e087429163a

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