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Saturday, October 26, 2013

Para los músicos, el cuento de la buena pipa

Para los músicos, el cuento de la buena pipa
CAMILO ERNESTO OLIVERA | La Habana | 26 Oct 2013 - 10:22 am.

¿Qué va a hacer la administración cultural con los músicos que no vendan
lo suficiente?

El recién concluido II Congreso de la Asociación Hermanos Saínz ha sido
más de lo mismo. Durante los últimos años cada Consejo Ampliado, especie
de mini congreso, ha sido espacio para los mismos planteamientos y las
mismas promesas escuchadas una y otra vez. Los jóvenes artistas
denunciando "el mal de fondo que subyace detrás de la mediocridad
elevada a cultura de masas"... Los representantes de las instituciones,
prometiendo la "creación de mecanismos para propiciar la inclusión del
arte más prepositivo en las dinámicas de promoción del producto
artístico"...

La más reciente y "trascendental" recomendación ha sido de la autoría
del vicepresidente primero de la República Miguel Díaz-Canel. "Tenemos
que darnos cuenta de que el arte joven es parte del arte de este país, y
que tiene que estar incluido en todo lo que se haga", dijo. Y
refiriéndose al calamitoso, y muy corrupto, sistema de instituciones de
la cultura añadió que los jóvenes artistas deben estar presentes en
estas pues "son sus ámbitos también, sus escenarios, y se los han ganado
con todo derecho".

Y como remate, el toque mesiánico adicional: "Porque ustedes formarán
parte del patrimonio cultural de la nación".

Buena parte de los jóvenes artistas que integraron la AHS en su década
fundacional, la de los ochentas, actualmente vive o desarrolla
mayormente su trabajo fuera de Cuba. Esto es más evidente en lo
relacionado con la música. La otra parte, que va quedando en la Isla,
mira a la AHS como un escalón que les aseguró cierto estatus y currículo
en un pasado pretérito.

En noviembre de 1992, la Unión de Jóvenes Comunistas apretó las riendas
de la AHS y colocó a un comisario político al mando de esta, Fernando
Rojas. Casi una década después, en octubre de 2001, se celebró el I
Congreso de la Asociación. Allí fue "elegido" Alpidio Alonso Grau como
presidente, cargo que ya desempeñaba desde 1998 y ocupó hasta finales de
2005.

En 2003, los resquicios de relativa independencia creativa dentro de
esta institución fueron coartados, como parte de la ofensiva
ideológico-represiva que siguió a la Primavera Negra. Fue intervenido
entonces el Festival de Rap de Alamar, y los creadores e impulsores de
ese festival, aglutinados en el denominado Grupo I, fueron removidos de
la comisión que lo organizaba.

Lo mismo ocurrió con otros festivales en el interior del país. En
septiembre de 2003, la directiva de la AHS recibió el memorándum que
anunciaba la clausura del antológico Patio de María, sitio donde se
presentaban bandas de rock pertenecientes a la Asociación. Esta no hizo
nada para impedir el cierre.

En el momento actual es bien llamativo que los músicos jóvenes más
populares y mejor pagados en la Isla no pertenezcan a la AHS. Artistas
del polémico reguetón como Osmani García, El Yonki, Chocolate Nestlé o
Los Desiguales, jamás necesitaron de ella. Seguramente a propósito de
este asunto, uno de los delegados abogó ingenuamente porque "el mal
gusto no suba a la Colina Universitaria o transite por las memorias
flash de los estudiantes".

'Por Más Money'

Hace algún tiempo, se hizo más o menos público el pacto de colaboración
entre el departamento que atiende Cultura y Recreación en la UJC
nacional y PMM, grupo local de productores artísticos y de espectáculos.

Los orígenes de PMM se pierden en la turbia noche del entorno
sociocultural cubano. Las siglas significan "Por un Mundo Mejor". En
broma suele decirse que, en realidad, quieren decir "Por Más Money ". Su
éxito a nivel comercial se debe, en lo fundamental, al respaldo que
brindan al segmento más exitoso de la escena reguetonera local.

Los productores de PMM saben muy bien cómo vender un producto musical.
También saben cómo insertarse en los medios de difusión, utilizando
iguales métodos. Han logrado, mediante sobornos, el acceso al calamitoso
circuito de eventos culturales y fiestas populares en todas las
provincias del país. En estas festividades la contratación del artista
se negocia con los funcionarios provinciales de Cultura y con los
funcionarios de los Centros Provinciales de la Música. Estos últimos
responden al Viceministerio-Instituto Cubano de la Música.

Es llamativo que, en conciertos auspiciados por PMM, los estudiantes
universitarios pagan la mitad del precio de la entrada. El pacto de
conveniencia mutua entre la UJC, brazo ejecutivo de una ideología en
decadencia y PMM es el signo visible del tipo de aires que soplan para
la música en Cuba. Y vale recalcar que es la UJC quien traza la
política de la AHS.

Se ha anunciado que en las empresas musicales va a modificarse de modo
radical la relación entre estas y los músicos o agrupaciones integrantes
de sus respectivos catálogos. Las agrupaciones tendrán que generar
ganancias monetarias a las empresas y, de no ser así, serán echadas de
estas. Esto equivaldría a la pérdida de su status profesional.

A partir de la aplicación de este código, el artista o grupo musical que
no sea comercialmente rentable en un plazo establecido, pierde su
relación con la entidad contratista. Precisamente uno de los factores
que será determinante en la supervivencia de las agencias y su
empleomanía, será la rentabilidad de los artistas vinculados a ellas.
Probablemente a esto se refirió el titular del Viceministerio-Instituto
Cubano de la Música, Orlando Vistel, cuando aseguro, cínicamente: "Se
están diversificando nuevas formas de relación entre el Instituto y los
artistas".

Ya las Agencias de Rock y de Rap, están transitando por esa
"diversificación". El porvenir artístico y profesional para ambos
géneros en Cuba, es triste e incierto. El futuro se avecina negro para
los creadores que no encuentren mecanismos que legitimen su obra a nivel
comercial. Quizás por eso, cuando uno de los delegados del II Congreso
de la AHS me contó lo ocurrido en el evento, tuve la impresión de estar
escuchando el cuento de la buena pipa. Y él me aseguró que muchos de los
delegados compartían esa conclusión.

A la poeta Dulce María Loynaz se le atribuye esta frase premonitoria y
lapidaria: "El problema de la cultura en Cuba, consiste en que hay
muchos actores y pocos escenarios".

Source: "Para los músicos, el cuento de la buena pipa | Diario de Cuba"
- http://www.diariodecuba.com/cultura/1382717542_5662.html

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