Pages

Monday, October 21, 2013

Manglares cubanos gritan de sed

Manglares cubanos gritan de sed
Por Ivet González

SURGIDERO DE BATABANÓ, Cuba, 20 oct 2013 (IPS) - En la década de 1960,
el gobierno de Cuba consideró que el almacenamiento de agua dulce para
enfrentar sequías y huracanes era un asunto de seguridad nacional, y
comenzó a represar ríos. Esa política tiene hoy una víctima impensada:
los manglares, que ya no pueden atajar el avance de las marejadas.

El mar se tragó el viejo camino que comunicaba la playa de Batabanó y la
de Mayabeque, en el sudoeste de Cuba. En los últimos 50 años se
perdieron más de 100 metros de tierra. El debilitado manglar, que recibe
agua dulce a cuentagotas, no pudo evitarlo.

"Los mangles se deterioraron tanto que, en 2008, el huracán Ike empujó
el mar un metro y medio costa adentro y ya no volvió a salir. Ha seguido
avanzando", describe Flora Yau, vecina de Surgidero de Batabanó, a IPS.

Este pueblo del municipio de Batabanó, en la provincia de Mayabeque y
unos 70 kilómetros al sur de La Habana, está cansado de anegarse con
cada viento que sopla del sur.

Lo más brutal aquí es la pérdida de terreno por la erosión. En algunos
lugares el retroceso es de casi dos metros por año, y hay sitios ya
sumergidos, como Punta Bujamey.

La debilidad de los manglares obedece en primer lugar a que no les llega
como antes el agua dulce, represada tierra adentro, dice a IPS la
investigadora y bióloga Leda Menéndez. "Los embalses cortan la
circulación natural del agua".

El manglar, que constituye 20 por ciento de los bosques de esta isla
caribeña, necesita la unión y el movimiento constante de agua dulce y
salada para desarrollarse, explica Menéndez.

La mayoría de los ríos cubanos están represados. En total hay 969
presas, según datos del estatal Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos.

Este vasto almacenaje de agua dulce obedece a una política de los años
60, cuando el gobierno consideró que se trataba de un asunto de
seguridad nacional que permitiría enfrentar sequías y huracanes.

"En algunos sitios, si queremos que el manglar prospere, hay que darle
un poco de agua de las presas", propone Menéndez. Es un paso ineludible
para fortalecer los bosques costeros, dice, que funcionan como escudo
protector de la vida en tierra firme ante desastres naturales y otros
fenómenos meteorológicos vinculados al cambio climático.

Además de la falta de agua dulce, estos ecosistemas que ocupan 4,8 por
ciento del territorio cubano, se están transformando por la construcción
de canales y diques, la tala, el sellado de los suelos y la
contaminación industrial.

Cuatro especies, el rojo (Rhizophora mangle), el negro (Avicennia
germinans), el patabán (Laguncularia racemosa) y el pseudomangle yana
(Conocarpus erectus) se han explotado en Cuba para hacer carbón,
durmientes para el ferrocarril o tanino para curtir cueros.

En todas las zonas tropicales de América los manglares son cruciales.
Las 11 especies existentes en esta región están amenazadas por el
turismo y la industria camaronera.

En Cuba, el Ministerio de Agricultura prohibió en diciembre de 2012
explotar los manglares, como medida de adaptación al recalentamiento global.

"El cambio climático ha sido el disparador del interés por conservar los
manglares", dice Menéndez. "Los seres humanos los necesitamos para
salvaguardar los lugares donde se desarrolla la vida y la economía",
cuando se eleven el nivel del mar, la salinidad y la ocurrencia de
eventos extremos.

En el contexto del calentamiento, los servicios ambientales del mangle
se vuelven cruciales: evita la erosión de las costas, permite el
desarrollo de la fauna marina, y por tanto de la pesca, impide la
intrusión salina en terrenos agrícolas y fuentes de agua, detiene el
avance de las inundaciones y conserva la biodiversidad.

"Si cortamos los mangles, el mar avanza con mayor intensidad", explica a
sus estudiantes de Batabanó el profesor de geografía Miguel Díaz.

Este problema es tema de enseñanza en las aulas de la zona, donde
comunidades como Surgidero de Batabanó sufren sus consecuencias. Además
de la pérdida de tierras, los suelos agrícolas cercanos a la costa son
cada vez más salinos, y las inundaciones se vuelven el pan de cada día.

"Cuando vamos a recoger basuras, vemos que la arena está afectada porque
se la roban para construir, talaron los árboles y hay más cosas
dañadas", lamenta la alumna Roxana Vitres, una de los 32 estudiantes de
la escuela Bac-Ly de Surgidero, integrados a un programa de formación
escolar en deberes y derechos ambientales.

"Nosotros hacemos inspecciones y alertamos a las autoridades de las
incidencias", dice Daniel Cruz, de 15 años.

Estos niños, niñas y adolescentes aprenden ecología, controlan y hacen
saneamiento ambiental de la zona mediante el programa SOS Manglares,
coordinado por el Museo de Historia de Batabanó, el nodo local de la
organización no gubernamental Pronaturaleza y autoridades de la educación.

Efraín Arrazcaeta, coordinador de SOS Manglares y activista de
Pronaturaleza, dice a IPS que "necesitamos un cuerpo fuerte de
guardabosques para disminuir las incidencias y que se mantengan limpios
los aliviaderos del Dique Sur".

Esa obra, que se empezó a construir en los años 80, provocó la muerte de
los bosques más grandes y productivos de la franja costera de 129
kilómetros al sur de La Habana, que incluye a Surgidero, según un
estudio del estatal Instituto de Ecología y Sistemática.

Desde el año pasado, buena parte de los manglares de esta localidad
están protegidos porque forman parte del Área de Refugio Animal Sur
Batabanó. Sin embargo, siguen reportándose violaciones, porque en toda
Cuba los sistemas de vigilancia ambiental son endebles y los montos de
las multas por estos delitos, muy bajas.

Source: "Manglares cubanos gritan de sed | IPS Agencia de Noticias" -
http://www.ipsnoticias.net/2013/10/manglares-cubanos-gritan-de-sed/

No comments: