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Monday, October 21, 2013

La frase más peligrosa del mundo

La frase más peligrosa del mundo
LUNES, 21 DE OCTUBRE DE 2013 00:33 ESCRITO POR ROBERTO QUIÑONES HACES

Cuba actualidad, Guantánamo, (PD) Un individuo iba a poner un cartel en
contra de Fidel Castro y ya había escrito sobre el muro "Abajo F...",
cuando lo sorprendió una pareja de policías. De inmediato el individuo
les preguntó a los agentes: "¿El apellido del presidente norteamericano
es Frinton o Flinton?".

Más allá de este chiste cubano de los años noventa del pasado siglo, lo
cierto es que posiblemente no existan otros países -excepto Corea del
Norte y China- donde una expresión en contra de un gobernante sea
reprimida tan duramente como en Cuba y hasta esté incluida en el Código
Penal. Durante el tiempo en que ejercí como abogado conocí a personas
que fueron encarceladas por hechos como este; algunos hasta lo hicieron
en lugares públicos, a la vista incluso de la policía, con el objetivo
de ser detenidos y sancionados para luego, con un documento que
certificara la pena recibida, ingresar al programa de refugiados de la
Oficina de Intereses de los EE.UU.

En no pocas ocasiones fui cuestionado por asegurar ante el tribunal que
la conducta de mis representados no tipificaba delito alguno, por lo
cual también fui amenazado en dos ocasiones por miembros del MININT y
tuve que pedir amparo en el ejercicio de la profesión ante la Asamblea
Nacional de la Organización Nacional de Bufetes Colectivos por
intermedio del Dr. René Gómez Manzano, antes de que mi ilustre colega
fuera expulsado de esa presunta organización no gubernamental.

Siempre basé mi defensa en que el hecho de redactar un letrero de esa
naturaleza en contra del gobierno no podía constituir un delito de
desacato pues en modo alguno dicho letrero significaba una amenaza, una
calumnia, una difamación, un insulto, una injuria, un ultraje o una
ofensa como lo establece el apartado primero del art. 144 del Código
Penal, que regula precisamente el delito mencionado.

En Guantánamo hubo ocasiones en que un hecho como ese, que en nada
atenta contra el orden social ni representa un acto peligroso para
nadie, intentó ser calificado por algún fiscal ansioso de promoción como
"propaganda enemiga", un delito que permanece aún en el Código Penal
cubano, en la sección quinta del capítulo II, dedicado a regular los
delitos contra la seguridad interior del estado. Este otro delito, uno
de los más usados por el régimen para reprimir cualquier actitud
contestataria, está regulado en el art. 103 del Código Penal y se trata
de una verdadera blasfemia jurídica, un rotundo mentís a la buena
técnica que siempre caracterizó a los instrumentos jurídicos cubanos. El
delito de propaganda enemiga es el típico "saco", término usado en el
argot jurídico para identificar a aquella regulación de alcance amplio
en la que cabe todo.

Y es que realmente, según fue redactado, permite sancionar a todo aquél
que incite contra el orden social, la solidaridad internacional o el
Estado socialista mediante propaganda oral o escrita o en cualquier otra
forma, y ya sabemos que bajo este concepto los jueces cubanos pueden
sancionar no sólo a la más plausible de las críticas sino también a
cualquier verdad sobre Gobiernos execrables, como el de la primera
monarquía constitucional socialista, la República Antipopular y
Antidemocrática de Corea del Norte.

Bajo esta concepción cualquier ciudadano también puede ir a prisión por
el simple hecho de prestarle a otro un periódico o una revista
extranjera donde exista algún artículo que las autoridades consideren
antisocialista, sea contra Cuba o contra la desaparecida URSS. También
puede ser sancionado cualquier individuo que según las autoridades
divulgue noticias falsas o predicciones maliciosas. Lo cual revela cuán
poco vale la libertad de un ser humano para quienes redactaron y
aprobaron esta figura delictiva de forzosa filiación estalinista y
fascista, valga la redundancia.

En ningún sistema jurídico serio es posible privar de libertad a un
ciudadano por el simple hecho de transmitir información, mucho menos
sancionarlo sobre la base de un resultado que no se produce únicamente
por la difusión oral o escrita de una noticia o una predicción, por muy
falsas o maliciosas que éstas sean. La redacción de este artículo
resulta tenebrosa precisamente porque no tiene que producirse alarma o
descontento para que un ciudadano pueda ser sancionado conforme a este
delito, basta que el fiscal y los jueces entiendan que pudo haber
sucedido como consecuencia de la actuación del acusado.

Este proceder de quienes deben impartir justicia no se produce tanto por
la indigencia técnica y cultural en que se halla el sistema judicial
cubano como por la manifiesta dependencia de la administración de
justicia al MININT y al PCC. Esperemos que lo que afirmó el Gobierno
cubano en su informe ante el CDDHH en Ginebra sobre la actualización del
sistema de justicia y la adecuación de nuestras leyes a lo establecido
en diferentes instrumentos jurídicos internacionales no resulte otra
exposición demagógica, sino que pronto estas dos figuras delictivas sean
borradas definitivamente del Código Penal, al menos en cuanto a su
objetivo ideológico de reprimir a los que disienten del Gobierno.
Para Cuba actualidad: rojequihacfgos@yahoo.es

Source: "La frase más peligrosa del mundo | Cuba noticias
actualidad.Periodismo independiente." -
http://www.primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/8903-la-frase-mas-peligrosa-del-mundo-.html

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