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Monday, October 21, 2013

Infierno habanero - ir al Registro Civil

Infierno habanero: ir al Registro Civil
Domingo, Octubre 20, 2013 | Por CubaNet

LA HABANA, Cuba, octubre,www.cubanet.org - Si usted necesita un
documento del Registro Civil debe armarse de paciencia, porque la buena
suerte en ese lugar a pocos acompaña. Allí los incidentes son
constantes, nadie acude a estas dependencias, a menos que sea
imprescindible.

"Hay pocos asientos para estas largas esperas, además, casi todos están
rotos", comentaba una anciana que había hecho tres veces la cola por las
inscripciones de nacimiento de sus padres, que necesita para legalizar
la vivienda, solo así puede solicitar una licencia de reparación. "Si
tuviera dinero", murmura, "todo sería más fácil".

Otra anciana salió muy molesta porque el certificado de defunción de su
esposo no aparecía. La empleada había hecho un esfuerzo buscando en
aquel desorden de papeles, pero a pesar de eso no lo encontró. La
señora, alterada, exigía su documento. Gritaba que no tenía dinero, y
que para acogerse a la pensión del esposo el certificado tenía que estar
listo dentro del mes posterior al fallecimiento.

Certificado de defunción

Un empleado se sensibilizó con ella y, para hacerle un certificado
nuevo, le pidió la tarjeta de servicios necrológicos que le habían dado
en la funeraria, pero al leerla, le dijo: "Señora, aunque su esposo
vivía en Diez de Octubre, usted debe solicitar el certificado en Arroyo
Naranjo, porque él murió en un hospital de ese municipio". La mujer
salió llorando y exclamando: "¡¿Por qué no me lo dijeron cuando vine la
primera vez?! ¡He venido ya tres veces y me dicen que no aparece!"

Para actualizar el contrato del teléfono, Roberto debía llevar a la
oficina de ETECSA un certificado de defunción de su padre. Con ese fin
se presentó en el Registro Civil con la tarjeta de la funeraria. Debía
volver a los veinte días a recoger el documento.

Transcurrido ese tiempo, regresó a la oficina. Al revisar el
certificado, notó que el apellido estaba mal copiado –aparecía Perera en
lugar de Pereira-, al parecer porque en la tarjeta la "i" estaba apenas
esbozada, pero no tenía el punto. Para subsanar el error, debía
presentar una inscripción de nacimiento de su progenitor, y aunque ya la
solicitó a Holguín, todavía la está esperando.

Otra gran deficiencia de los Registros Civiles es la pésima caligrafía y
la dudosa ortografía de quienes transcriben los datos, personas a menudo
sin preparación, que a veces deforman las letras al punto de que con
frecuencia los certificados son rechazados por funcionarios de otras
instituciones, aunque ellos mismos rellenan modelos con errores por el
estilo. Lo más grave es que no son los perpetradores quienes pagan por
cada error, sino el propio afectado, el usuario, que tiene que volver a
pasar por todo el infierno, incluyendo pagar sellos y hacer colas.

Algunos opinan que si el oficinista responsable de rellenar erróneamente
un certificado estuviera obligado a enmendar su falla y correr con los
gastos, sin que se perjudicara el cliente, o si por ejemplo se les
sancionara de alguna manera, los errores desaparecerían casi por completo.

Cartificado de matrimonio

Un amigo, cuyo padre murió hace poco, comenta que para gestionarle la
pensión a la madre se dirigió al Registro Civil de su municipio. Pero la
certificación de matrimonio de sus padres no estaba allí. Lo mandaron al
Registro Civil provincial, donde tampoco aparecía. Después de varias
idas y vueltas, le comunicaron que hacía algún tiempo se habían quemado
algunos archivos y que quizás el documento que él buscaba se hallaba
entre los destruidos por el fuego.

Como sus padres estaban casados también por la Iglesia católica, acudió
a esa institución y ese mismo día le extendieron una certificación
escrita en computadora. Pero cuál no sería su sorpresa cuando no se la
aceptaron en la oficina de Seguridad Social. La empleada que lo atendió
le aconsejó buscar entre los vecinos algunos testigos de que sus padres
vivían juntos. A la madre no le gustó nada quedar como concubina, pero
no le quedó más remedio que aceptar o perdería la pensión.

Cuando la mamá de Blas, otro amigo, se murió, este comenzó a legalizar
la vivienda que ella le había dejado en herencia. A pesar de que su
progenitora nació y vivió siempre en Diez de Octubre, Blas tuvo que
hacer lo trámites en el Registro Civil de Arroyo Naranjo. Le daba miedo
permanecer en el local por las malas condiciones en que se encontraba.
Vio que las personas siempre esperaban en la calle, y así lo hizo él
también hasta que le tocó el turno de hacer la solicitud.

¿Computadoras?

Transcurridos los días de plazo, Blas regresó a recoger sus documentos,
pero el local estaba cerrado. Esto le pasó una y otra vez, hasta que,
cansado de perder días de trabajo, se le ocurrió preguntar en una
cafetería cercana. Allí le dijeron que el Registro Civil estaba cerrado
porque los techos del fondo se habían derrumbado, pero no sabían para
dónde lo habían trasladado, y no aparecía un cartel que informara sobre
esta situación.

Un joven que hacía la cola para sacar la inscripción de nacimiento de su
mamá, comentó: "El carnet de identidad en sí es una inscripción de
nacimiento, tiene los mismos datos de una. Sin embargo, en Cuba nada más
nos sirve para enseñárselo a la Policía".

Un anciano que hacía la cola por segunda vez, le dijo a una empleada:
"Esto es un caos. Cuando te entregan los certificados la vista se te
nubla con tantos garabatos, y cuando los llevas donde te los piden, no
te los aceptan. ¿Por qué ustedes no escriben los datos a máquina?", a lo
que la aludida respondió: "Pero abuelo, las máquinas de escribir no se
usan, y computadoras, no tenemos".

Source: "Infierno habanero: ir al Registro Civil | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/?p=51512

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