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Wednesday, October 09, 2013

El Barrio Malo de la Luz Brillante

El Barrio Malo de la Luz Brillante
Miércoles, Octubre 9, 2013 | Por Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -Le llaman El Barrio Malo de
La Luz Brillante, caserío situado al oeste de Santa Fe, en la provincia
de la Habana. Dicen sus pobladores, casi todos negros o mestizos
(emigrantes de las zonas orientales), que en un principio, hace más de
veinte años, las casas, a orillas del mar, se componían de chozas,
levantadas a base de palos viejos y materiales encontrados en la basura,
y que muy pocos de los que allí residen están registrados en las
oficinas del carné de identidad, tampoco sus casas, que, hoy mejor
arregladas, no han sido legalizadas por la Dirección de Vivienda.

A este barrio regresó hace unos días Claribel, una cubana que había
escapado en una balsa hacia Estados Unidos, hace cinco años. Tanta fue
mi curiosidad que pedí a una vecina, amiga de su familia, me llevara a
conocerla.

Tomamos un bicitaxi y atravesamos con mucho temor sus intrincadas,
peligrosas y fangosas callejuelas, hasta llegar a la casita donde vive
la familia de Claribel, a muy pocos metros del mar. El espectáculo fue
deprimente. Es una chica veinteañera, de cabellos alborotados, con cara
de muñeca negra Lily y sonrisa contagiosa. Pero en la casita, aún con
paredes hechas de tablas rotas y ya con techo de fibrocemento, viven sus
padres, hermano y abuelos en plena pobreza, o como ellos mismos me
dijeron: sobreviven a duras penas.

"No estoy asombrada. Todo lo sabía –me dijo Claribel-. No pueden tomarse
ni siquiera un vaso de leche al día. El salario mensual de mi hermano no
alcanza ni para medio mes, todavía no han arreglado las calles, no
tienen agua potable por tubería, ni baños con servicio sanitario, ni
ómnibus para llegar hasta aquí, y lo que es peor, el dinero que les
mando tampoco alcanza para que tengan una alimentación propia de
personas mayores, porque los productos de las shopping son muy caros. En
una palabra: mi familia vive tan mal como cuando llegaron al Barrio Malo
de La Luz Brillante, hace unos diez años. Así se llamó desde un
principio este barrio porque todos carecían de gas manufacturado para
cocinar. Hoy muchos de ellos emplean todavía ese peligroso producto en
antiguas hornillas".

No quise despedirme sin antes preguntarles por qué se habían ido de las
provincias orientales, y me respondió el abuelo:

"Allá, en Santa Cruz del Sur, retrocedió nuestra vida social, porque
todo se fue deteriorando poco a poco. Las esperanzas que nos dio la
Revolución se evaporaron como fuegos fatuos. El central azucarero
"Haití" dejó de producir. Los jóvenes se dedicaron a beber alcohol. Nada
funcionaba: ni la panadería, ni el correo, ni el pequeño restaurante. El
batey se convirtió en un fantasma, mientras Fidel seguía con sus mismos
discursos, comentando las crisis de otros países, sin decir que Cuba
estaba más que muerta. Yo, que me sentía orgulloso de mi terruño, cuando
nos fuimos, lo dejé todo destruido, como están tantos pueblos olvidados
de Cuba".

Antes de irnos, preguntamos por alguna calle asfaltada, para salir de
allí, y así evitar los saltos del bicitaxi. No había ninguna. De nuevo
en Santa Fe, a pesar de sus calles rotas y sus aceras comidas por la
hierba, pensamos que habíamos llegado al Paraíso

Source: "El Barrio Malo de la Luz Brillante | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/el-barrio-malo-de-la-luz-brillante/

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