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Saturday, October 26, 2013

Descemer Bueno, Kelvis Ochoa, Carcassés - Pocos hablan y tantos callan

Descemer Bueno, Kelvis Ochoa, Carcassés: Pocos hablan y tantos callan
Viernes, Octubre 25, 2013 | Por Ernesto Santana Zaldívar

El juego perverso

LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -Que muchos artistas o grupos
musicales con cierto renombre logrado ya, actúen en pachangas políticas,
al estilo de los conciertos que se montan en la Tribuna Antimperialista,
puede resultar inexplicable y hasta repulsivo, porque no es que así
únicamente puedan acceder a espacios más amplios y logren mayor
promoción para su obra. En el caso de Buena Fe, ya sabemos que, por
desgracia para el talento que tienen, forman parte ya del mecanismo de
propaganda. En casos como los de Descemer Bueno o Kelvis Ochoa, el
intercambio de favores con el gobierno es más crudo, a todas luces.

Por supuesto que siempre se puede esgrimir el pretexto de que no importa
cuál sea el escenario si siempre actúan "para su pueblo". Sí, actúan
para su pueblo, pero saben perfectamente que están actuando sobre todo
para los que orquestan ese circo "para el pueblo", o sea, para los
dueños del circo. Y para que fuera del país la gente vea con cuánta
espontaneidad se divierten los cubanos.

Robertico Carcassés e Interactivo —a pesar de la enorme popularidad que
han conseguido en los últimos años y de la indiscutible calidad de su
música, potenciada a veces con artistas invitados como William Vivanco—
nunca se caracterizaron por dejarse manejar fácilmente y por frecuentar
los agasajos politiqueros. De manera que las declaraciones de Carcassés
no deben haber sido el fruto de una inspiración repentina, sino un acto
perfectamente premeditado para desmarcarse del circo. Y por supuesto que
a título personal, pues, conociendo como debe conocer a sus colegas,
sería muy extraño y demasiado ingenuo que Carcassés hubiera esperado una
ola de solidaridad o siquiera un firme apoyo de muchos de ellos.

Al contrario, seguramente algunos, en vez de pasarle el brazo sobre el
hombro y decirle: "Apretaste, brother", lo habrán mirado con los ojos
muy abiertos, anunciándole: "Ahora sí te metiste en candela. ¿Y total?
¿Para qué?". Porque esa es la explicación suprema de los que han
asimilado el amaestramiento circense: "¿Y qué resuelves con eso, mi
hermano?" Para no hablar de los que no vieron en eso más que un
oportunismo con bajos propósitos o hasta un simple efecto de un
"arrebato" más fuerte que lo normal.

Por supuesto que no es fácil juzgar porque nadie sabe lo que hay en
verdad en la mente del otro, pero es razonable creer que, en Cuba, un
artista como Roberto Carcassés puede conseguir determinadas cosas, como
comprarse un carro, sin pedir la elección directa de su presidente.
Ejemplos sobran por los cuatro costados. ¿No es más fácil hacer lo que
hacen tantos? Ni siquiera resulta tan arduo: Ven a tocar cuando te
llamemos. Y toca lo tuyo: ni siquiera te pedimos que hagas loas de ocasión.

Descemer Bueno, que tiene una posición indiscutible en el mercado de la
música latina, no quiere buscarse problemas con las autoridades: quiere
venir a Cuba cuando le dé la gana, quiere gozar la vida. Así que a
quedar bien con el dueño de la finca. Nada de ponerse a hablar de más.
Kcho empezó como una estrella disidente de alcance internacional en los
90 y terminó como Cacho de sí mismo, pero goza su vida y, además de no
hablar de más, se presta a operativos de la policía política contra El
Sexto, por ejemplo, artista del graffiti que ha preferido buscarse
problemas con las autoridades, no porque no quiera gozar su vida, sino
por hacer simple y llanamente lo que cree que debe hacer, con las
implicaciones que tenga ello.

Claro está que nadie puede pedirles a Kelvis Ochoa o a Descemer Bueno
que sean como Boris Larramendi, ni a Kcho que sea como José Ángel
Vincench. Y estos son solo ejemplos al azar, no paradigmáticos. Lo que
quiero decir es que cada cual escoge el tipo de artista que es, o el
tipo de persona que quiere ser, al final. Aunque, claro está, si de
personas como estas dependiera, este gobierno (o sea, este estado de
cosas) duraría mil años.

Lo triste no es que, en el fondo, Silvio Rodríguez haya impedido el
enterramiento para el público cubano de Carcassés con el argumento
subliminal de "no crear más mártires" y que haya contenido a las bestias
de la policía cultural, sino que no las contuvo. Que son incontenibles
porque el propósito está logrado: hay miedo en el cuerpo y, sobre todo,
confusión en los ánimos.

El resto es silencio

Alguien puede sentir la tentación de comparar de cierta manera las
declaraciones de Robertico Carcassés con las de Roberto Zurbano hace
unos meses. Quizás ocurran cosas semejantes a esas en el futuro y sería
natural, pero no creo que —como piensa Eliécer Ávila— haya muchos
artistas e intelectuales "queriendo asumir en alguna medida la
responsabilidad que les toca, acorde a su lugar en la sociedad". Que
Pablo Milanés o Pedro Pablo Oliva dijeran cosas críticas contra el
régimen no significó que otros intelectuales de prestigio se sumaran
decididamente a esos puntos de vista. ¿Desde cuándo estalló Pedro Luis
Ferrer?

Todo eso, además, queda solo en el mundo de la cultura, porque a la
gente de la calle no le interesa nada de eso ni siquiera cuando se
entera de que ocurrió, si es que puede enterarse. Supone que con
declaraciones no se hace nada. De hecho, prefiere no pensar en asuntos
políticos. Por otra parte, a pesar de esos actos aislados que suponen
cierta cuota de valor, el resto sigue siendo silencio. Y miedo, un miedo
sordo y ciego, paralizante y benefactor. Pero es el extravío el que más
beneficia al régimen, la ausencia de una identidad cultural activa, la
falta de toda idea de futuro construible, la carencia de una creatividad
genuinamente libre.

Aparte de todo lo que esté pasando en el arte mundial, lo cierto es que
en Cuba el mercado ha venido a llenar ese enorme vacío.

Source: "Descemer Bueno, Kelvis Ochoa, Carcassés: Pocos hablan y tantos
callan | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/descemer-bueno-kelvis-ochoa-carcasses-pocos-hablan-y-tantos-callan/

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