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Tuesday, September 17, 2013

Otra historia de absurdos entre EEUU y Cuba

Publicado el lunes, 09.16.13

Otra historia de absurdos entre EEUU y Cuba
FABIOLA SANTIAGO
FSANTIAGO@MIAMIHERALD.COM

He aquí otra historia salida de los absurdos archivos de las relaciones
entre Estados Unidos y Cuba:

La honorable Liga de Mujeres Votantes de la Florida, una organización de
93 años con ilustres antecedentes de apoyo a las causas justas, ahora se
ha convertido en "Hermanas A Través del Estrecho de la Florida" — no con
las sufridas Damas de Blanco o a algún otro grupo independiente de
mujeres — si no con la Federación de Mujeres Cubanas.

La federación es la organización oficial de mujeres del gobierno cubano,
una de muchas entidades mediante las que el régimen castrista controla a
la población. Fue fundada en 1960 por la difunta esposa de Raúl Castro,
Vilma Espín, que la presidió hasta su muerte en 2007 porque, como todos
debemos saber a estas alturas, para el clan de los Castro la presidencia
es un incuestionable derecho.

Si existiera alguna duda sobre lo que la organización representa, el
logo de la federación — una de muchas imágenes propagandísticas que una
despistada integrante de la Liga despliega en un video de un viaje a
Cuba — nos brinda una pista: una mujer en uniforme militar portando un
fusil.

Y, claro, está también su historial.

En uno de sus infames capítulos, las mujeres de la federación se
agruparon en aeropuertos cubanos para lanzarle insultos a exiliados que
salían de Cuba. Y bajo la apariencia de una campaña de alfabetización
impusieron un dogma en cada currículo escolar de la isla y expulsaron de
las aulas cubanas a los maestros que rehusaran enseñarlo.

Su misión no ha cambiado. Su tarea es movilizar a las mujeres en todo el
país para ejecutar la agenda represiva del régimen castrista.

A pesar de todo esto, la Liga de Mujeres Votantes de la Florida alardea
de haber llevado, desde 2011, a 250 delegadas a reunirse con sus
"hermanas" en las ciudades cubanas de Cienfuegos, Cárdenas y Trinidad, y
su directora, Annie Betancourt, me escribió esta semana para tratar de
dar a conocer sus próximos dos viajes en el otoño.

Que una organización de Estados Unidos que incluye la palabra "votantes"
en su nombre sea "hermana" de una organización clave para mantener una
dictadora y ayudar a aplastar cualquier oportunidad de una elección
democrática en Cuba es de por sí suficientemente indignante.

Pero cuando yo menciono el tema de las Damas de Blanco — quienes son
golpeadas casi todos los domingos en ciudades a lo largo de toda la isla
desde que regresaron de viajes por Estados Unidos y Europa para
denunciar abusos — Betancourt me dice que esas mujeres abusadas no están
en la agenda de la organización de la Florida.

"Nunca hemos tenido esa conversación", me escribe Betancourt, una
cubano-americana que fue representante estatal por Miami. "Nos
enfrascamos en otro tipo de intercambios acerca de desafíos diarios,
violencia doméstica, crianza de hijos, servicios a las personas mayores,
auto-empleo (nada político)".

O sea, que en las prioridades de moralidad de la Liga de Mujeres
Votantes la violencia no es un problema mientras sean los matones del
gobierno los que golpean, detienen y encarcelan a mujeres.

Sólo se convierte en un tema relevante cuando son los maridos quienes lo
hacen.

"La licencia de viaje expedida por la Oficina de Control de Activos
Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC por sus siglas en inglés)
es para contactos 'de pueblo-a-pueblo'; esas son las reglas",dice
Betancourt. "Esto no tiene nada que ver con la moralidad".

Pero la alianza de la politizada Liga con una agrupación de mujeres que,
vista bajo la luz más benévola, guarda silencio cuando se violan los
derechos básicos de las mujeres cubanas tiene mucho que ver con un
compás moral más que deplorable.

¿Estaría la Liga dispuesta a tener una relación con una agrupación de
mujeres que apoye a otro dictador en otra parte del mundo?

Lo dudo.

En un momento en que Cuba tiene el movimiento de oposición más fuerte de
la historia del régimen — no en el exilio sino dentro de la isla — los
estadounidenses que aman la democracia debían tener mejor juicio que
adular y apoyar a organizaciones oficiales del gobierno cubano.

Desde luego, los altamente estructurados viajes a Cuba son legales bajo
la fallida política de Clinton en los noventas que la administración de
Obama ha resucitado. Sin embargo, esa política de licencias de viaje no
estimula los viajes independientes de verdaderos contactos de pueblo a
pueblo, sino viajes a través de los canales y entidades del gobierno.

El resultado final premia al gobierno cubano y a quienes lo apoyan con
dinero en efectivo en moneda convertible — $2,700 por persona por un
viaje de seis días (la última vez que yo le pagué una cantidad semejante
a una agencia de viajes visité cuatro países europeos durante dos
semanas) — y con contactos en el extranjero a costa del pueblo cubano
que lucha por medios pacíficos para deshacerse de una dictadura que ha
durado casi 55 años.

Puede que para la Liga de Mujeres Votantes de la Florida sus pintorescas
excursiones en las turísticas ciudades de Cuba sean un "proyecto".

Pero las valientes mujeres cubanas que arriesgan sus vidas en sus
marchas de protesta hacia la iglesia cada domingo merecen algo mucho
mejor que la implícita promoción del ejército femenino de un régimen
tiránico.

Source: "FABIOLA SANTIAGO: Otra historia de absurdos entre EEUU y Cuba -
Fabiola Santiago - ElNuevoHerald.com" -
http://www.elnuevoherald.com/2013/09/16/v-fullstory/1568774/fabiola-santiago-otra-historia.html

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