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Thursday, September 05, 2013

La odisea de comprar un auto en Cuba

La odisea de comprar un auto en Cuba
Fernando Ravsberg
BBC Mundo, La Habana
Miércoles, 4 de septiembre de 2013

El camino a la compra de un vehículo en Cuba es una larga y sinuosa
autopista llena de procesos burocráticos complejos, enredados y caros.
La Odisea se inicia con "La Carta", una autorización del gobierno para
que el concesionario pueda venderles uno con 100.000 km rodados.

Para obtener "La Carta", un cubano deberá demostrar que tuvo suficientes
ingresos en divisas, para lo cual necesita otra carta del banco
certificándolo. Los campesinos, los trabajadores por cuenta propia y la
mayoría de los médicos quedan excluidos aunque demuestren solvencia.
Sin embargo, desde abril el gobierno cubano ha dejado de vender
automóviles a los ciudadanos autorizados a comprarlos por razones que no
han sido explicadas. Pero como consecuencia se cerró el único mecanismo
por el cual un cubano podía adquirir un vehículo usado-moderno.
La otra opción es comprarle a un particular, para lo que hace dos años
se eliminó el requisito de la "Carta". Sin embargo, ese mercado no
resulta muy atractivo porque se venden fundamentalmente autos de los
años 40 o 50.
Para evitar que los ciudadanos logren saltarse las prohibiciones, las
autoridades se han inventado matriculas diferentes, creando mercados
estancos en los que un diplomático no puede vender su auto a un
periodista, ni éste a una empresa extranjera y ninguno de ellos a un cubano.
"¿Por qué los cubanos…?"
Miles de cubanos -músicos, marinos mercantes, diplomáticos, artistas,
etc.- poseedores de "La Carta" están muy preocupados porque se dejó de
vender automóviles sin explicar por qué. El temor radica en que el
documento solo tiene dos años de vida burocráticamente útil.

El cantautor Erick Sánchez es uno de ellos y me cuenta que tendrá que
reiniciar todos los tramites porque su Carta "es la número 1088, ya
tiene un añito y pico largo, se vence el 1º de febrero de 2014. Desde el
27 de abril no venden nada y además no dan ninguna explicación".
Pero aunque Erick no lo crea, él es un privilegiado: ya tiene el
documento en sus manos. Daniel Silva nos cuenta la historia de un
"científico prominente", que presentó la solicitud hace un año y aún no
le dan su "Carta" a pesar de que "el Ministerio de Transporte tenía 60
días hábiles para emitirla".
Una vez que tienen "La Carta", los cubanos van a una empresa del Estado,
donde llegan los automóviles que han sido dados de baja por las agencias
de alquiler para turistas, también estatales. Allí compran uno de los
que esté a la venta cuando les llegue su turno, teniendo en cuenta que
los mejores se reservan para los que dan "propinas".
Nadie responde cuando el curador de arte Jorge Gómez se pregunta: "¿Por
qué los cubanos no podemos ir a una agencia y comprarnos un auto, nuevo
o de segunda mano?, ¿por qué necesitamos permisos, cartas, trámites
absurdos e innecesarios emitidos por burócratas que sí tienen auto?".
Unos sí, otros no
Durante décadas un cubano sólo podía acceder al "carro" por méritos
extraordinarios o si le llegaba adosado al cargo. La venta de
automóviles estaba prohibida, por lo que estas se realizaban solo de
palabra, sin cambiar en los papeles el nombre del propietario.

Cuando el gobierno de Raúl Castro autorizó la compraventa entre cubanos
sin "Carta", muchos aprovecharon para legalizar las transacciones que se
hicieron durante la prohibición. Sin embargo, el apetito por vehículos
sigue siendo más grande que la oferta disponible.
El tema es tan sensible que hace dos años le costó el cargo al Ministro
del Transporte cuando este autorizó la importación a particulares. Los
recientes cambios en el manejo del tema mantienen la mayoría de las
limitantes e incorporaron algunas nuevas.
Es un misterio por qué un músico de salsa puede tener "La Carta" y un
campesino no, aunque este último demuestre mayores ingresos legales. O
por qué los extranjeros residentes solo podrán comprar dos automóviles
durante toda su estancia, dure ésta un mes o 50 años.
También está prohibido realizar transacciones cruzadas entre
extranjeros, periodistas, cubanos o empresas foráneas, con lo que el
mismo automóvil adquiere precios que oscilan desde US$4.000 hasta
US$30.000, dependiendo del mercado en que se venda.
No es un chiste
El asunto ha despertado la hilaridad del humorista Luis Silva, quien
escribió una invitación al cumpleaños de su "Carta". No le costó mucho
trabajo, se limitó a describir una realidad macondiana que no necesita
exagerarse para hacer reír a los cubanos.

La gran demora se debe a que hay miles de "Cartas" y solo aparecían 200
autos por semana, además algunos se saltaban la cola con "propinas" de
US$500 a los empleados del concesionario. Ese problema sí está resuelto:
ya no le venden vehículos a nadie.
El que tuvo la suerte de comprar un carro moderno-usado y aún tiene
dinero lo "remotoriza". En las mismas empresas estatales por US$ 4000
aparece un motor diesel en buen estado y con otros US$1.000 de "propina"
se puede aspirar a uno 0 ikm, sin hacer la cola.
Los concesionarios de Peugeot, Mercedes Benz o Fiat esperan pacientes a
que un día la totalidad de la población tenga derecho a comprar
vehículos pero por ahora solo les permiten vender a empresas del Estado,
extranjeras o algunos autorizados "muy especiales".
El comercio automotriz en Cuba sigue sumido en el caos, el mercado
negro, las ilegalidades, la corrupción, la injusticia, la desigualdad de
derechos entre los ciudadanos y la especulación. Parecen los efectos
lógicos de tantas prohibiciones inexplicables e inexplicadas.

Source: "La odisea de comprar un auto en Cuba - BBC Mundo - Noticias" -
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/09/130904_cuba_autos_compra_odisea_yv.shtml

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