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Monday, September 09, 2013

La dignidad de la familia Payá

Publicado el lunes, 09.09.13

La dignidad de la familia Payá
GINA MONTANER

Las circunstancias en torno a la trágica desaparición del disidente
cubano Oswaldo Payá se van esclareciendo como un complicado rompecabezas
cuyas piezas finalmente encajan.

Muchos han sido los obstáculos que tanto el Gobierno cubano como el
español han puesto en el camino, lo que ha dificultado que se sepa toda
la verdad de cómo murieron el dirigente del Movimiento Cristiano de
Liberación (MCLG) y el también opositor Harold Cepero. No obstante,
gracias al tesón de la familia Payá, a las posteriores revelaciones de
Ángel Carromero, el joven político español que conducía el día del
extraño siniestro automovilístico en una carretera de la provincia de
Oriente, y la solidaridad de un puñado de políticos del Partido Popular
que se apartó de la línea oficial, es evidente que lo que se pretendió
disfrazar de accidente fortuito bien pudo tratarse de la embestida de un
auto de la policía política, que acabó por provocar la muerte de la
figura más relevante de la disidencia cubana.

De todos es sabido que Carromero fue acusado de homicidio involuntario,
y por ello permaneció retenido en la isla antes de ser devuelto a España
para cumplir el resto de su condena bajo libertad vigilada. De todos es
sabido, también, que durante su encierro en La Habana el Gobierno
castrista divulgó un vídeo del representante de Nuevas Generaciones del
PP, autoinculpándose al estilo de las grabaciones a las que los
secuestrados suelen ser sometidos. Y de todos es sabido que en aquella
farsa de juicio se les impidió el acceso a los familiares de las víctimas.

En medio de las calumnias y mentiras vertidas por las autoridades
cubanas y el ominoso silencio del Ejecutivo español, la viuda, los hijos
y los hermanos de Payá se negaron a presentarse como acusación contra
Carromero, seguros de que él también era víctima de un montaje político
que impidió una investigación independiente.

Hoy, un año después de aquel fatídico 22 de julio, Carlos Payá, uno de
los hermanos de Oswaldo que vive en Madrid y es miembro del MCL, le ha
revelado a la periodista de El Mundo Rocío Galván que la misma tarde en
la que familiares y amigos despedimos a su hermano en una misa en la
iglesia madrileña San Fermín de los Navarros, el Secretario de Estado de
Cooperación Internacional para Iberoamérica, Jesús Gracia, se reunió con
él para, según afirma Carlos, pedirle algo a lo que se negó
"rotundamente": que la familia acusara a Carromero, ya que eso
facilitaría su liberación en cuestión de 72 horas y a cambio los Payá
serían indemnizados. Declaraciones que Gracia ha desmentido.

Recuerdo la noche en que nos enteramos de la muerte de Payá y los días
posteriores, incapaces de recibir respuestas claras por parte del
Gobierno de Rajoy. Recuerdo la indignación de Regis Iglesias, discípulo
de Oswaldo y su mano derecha en España. Recuerdo bien la atribulación de
Carlos, procurando que se hiciera justicia por su hermano y a la vez
bajo la presión de que sus palabras, y lo que entonces ya sabía sobre
los mensajes de texto que el acompañante de Carromero en el vehículo, el
sueco Aron Modig, había enviado al exterior (en los que presuntamente
contaba que habían sido embestidos) no perjudicaran al español, con la
esperanza de que fuera liberado cuanto antes.

Según Carlos Payá en la entrevista, siguiendo las indicaciones de la
cúpula del PP para no entorpecer la salida de Carromero, calló durante
meses. Pero ni él, ni Ofelia, la esposa de Oswaldo, ni su hija, la
activista Rosa María Payá, se habrían prestado nunca a una propuesta que
habría desvirtuado para siempre las verdaderas circunstancias en las que
murieron los dos opositores. El propio Carromero sostiene que el
personal médico del hospital llegó a decirle que Payá llegó consciente
al centro sanitario, lo que contradice la versión oficial de que murió
en el acto.

Lo que más le desconcierta a Carlos Payá es que, a pesar de que
Carromero ya se encuentra en su país y se ha encargado de contar su
propia versión de lo que sucedió, el Gobierno no ha hecho nada para
desenmascarar las manipulaciones y chantajes de La Habana.

Quienes conocemos desde hace años a los Payá, una familia de demócratas
con sólidos valores, no dudamos de Carlos. Otra cosa bien distinta son
los presuntos acuerdos del Ejecutivo español con la dictadura castrista.
Suele suceder cuando los políticos anteponen los intereses a los
principios. Nadie le puede arrebatar a la familia Payá su dignidad.
Tristemente, otros no pueden decir lo mismo.

www.firmaspress.com

Source: "GINA MONTANER: La dignidad de la familia Payá - Opinión -
ElNuevoHerald.com" -
http://www.elnuevoherald.com/2013/09/09/1560824/gina-montaner-la-dignidad-de-la.html

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