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Wednesday, September 04, 2013

Gustavo Arcos Bergnes

Gustavo Arcos Bergnes
MIÉRCOLES, 04 DE SEPTIEMBRE DE 2013 00:00
ESCRITO POR LUIS CINO ÁLVAREZ

Cuba actualidad, Arroyo Naranjo, La Habana, (PD) Gustavo Arcos Bergnes
nunca se reconoció culpable ante sus verdugos. Profundamente católico,
sus únicas confesiones eran con Dios. Y seguramente el Señor perdonó su
único pecado: haber matado a un hombre en combate.

Fue la madrugada del 26 de julio de 1953, en el Cuartel Moncada, en
Santiago de Cuba. Arcos llegó a bordo del segundo carro, conducido por
Fidel Castro. Cuando saltó del carro, resbaló y cayó al piso. Disparó
desde allí contra el soldado que lo había descubierto y le disparaba.
Hirió mortalmente al soldado en el vientre y en la espalda. Fue el
primer y último hombre que mató.

Siempre lo persiguió el rostro del soldado muerto. También lo siguió la
acusación de Fidel Castro de ser el culpable del fracaso del ataque al
cuartel por haber sido el primero de los asaltantes en disparar. Como si
aquel asalto, planeado casi como un suicidio colectivo, no hubiese
estado siempre condenado a fracasar.

Fidel Castro nunca lo perdonó. Lo acusaba de haberlo echado todo a
perder con su imprudencia. Gustavo Arcos, que no se quedaba callado ante
nadie, culpaba a Fidel Castro del desastre del Moncada por su
empecinamiento en manejar sin espejuelos. Juntos fueron a prisión y
luego al exilio en México, pero nunca lograron ponerse de acuerdo.

Una de las heridas que sufrió en el ataque al Moncada afectó seriamente
la columna vertebral de Arcos. Su pierna izquierda quedó lisiada para
siempre. No pudo viajar en el Granma. Su hermano Luís sí, pero murió en
el desembarco.

Gustavo Arcos se quedó en el exilio, consiguiendo armas para los
rebeldes. Regresó a Cuba en 1959. En septiembre lo nombraron embajador
en Bélgica. Destinarlo a Bruselas era una forma de salir de él.
Permaneció allá hasta 1964, ajeno a todo lo que tramaban a sus espaldas.
Cuando lo llamaron a La Habana para consultas, en 1965, se rumoraba que
lo trasladarían a Roma, pero lo condenaron, sin causa, a 10 años de prisión.

Cumplió cinco años en la cárcel y cinco de reclusión domiciliaria. En
1982 volvió a la cárcel. Por intento de salida del país, lo condenaron a
14 años. A su hermano Sebastián lo condenaron a once años de prisión.
Gustavo cumplió casi la mitad de la condena; Sebastián salió
terminalmente enfermo.

A fines de los años 80, ambos se unieron al Comité Cubano Pro Derechos
Humanos.
Gustavo Arcos siempre había sido un disidente. Lo era desde 1953. Su fe
y su honestidad casi inconcebible, fueron sus principales armas.

Quien lo visitó alguna vez en su terraza del Vedado, rodeado de plantas
y jaulas de pájaros, bebiendo a sorbos lentos un jugo de naranja, bajo
la mirada atenta de su fiel esposa Teresa, no podía adivinar tan recio
hombre en un anciano lisiado y enfermo.

Gustavo hablaba despacio, sin parpadear, lo que era preciso hablar. Sólo
eso. Nunca fue de los que hablan de más.

Lo sorprendió la muerte un día cálido de agosto de 2006. Era un héroe
del Moncada, pero no tuvo honras oficiales. De cualquier modo, no las
necesitaba. Quiso que su cuerpo lo cremaran. Prudente, había advertido
que no quería que su sepelio sirviera de pretexto para reprimir a los
opositores.

Guillermo Cabrera Infante, que fue su amigo en sus tiempos en Bruselas,
se equivocó cuando lo definió como "un hombre sin imaginación": Gustavo
Arcos Bergnes, en las peores circunstancias, imaginó el futuro y una
patria mejor.

Saco a colación todo esto porque en julio se cumplieron 60 años del
ataque al cuartel Moncada, y este agosto, 7 de la muerte de Gustavo
Arcos Bergnes, un hombre que inexplicablemente no es tan recordado por
la oposición cubana como se merece.

Para Cuba actualidad: luicino2012@gmail.com

Source: "Gustavo Arcos Bergnes | Cuba noticias actualidad.Periodismo
independiente." -
http://www.primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/8510-gustavo-arcos-bergnes.html

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