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Friday, September 20, 2013

El Gobierno ordenó ponerse lazos amarillos, pero no le quedó convincente

El Gobierno ordenó ponerse lazos amarillos, pero no le quedó convincente
[19-09-2013]
Jayme Leygonier Fernández

(www.miscelaneasdecuba.net).- Por el aniversario 15 de la prisión de sus
cinco agentes, convictos en los Estados Unidos por delito de espionaje
para el gobierno de Cuba, éste hizo una campaña de propaganda y circuló
órdenes de que el 12 de septiembre la gente portara cintas amarillas y
las colocara en sus casas.

Por el aniversario 15 de la prisión de sus cinco agentes, convictos en
los Estados Unidos por delito de espionaje para el gobierno de Cuba,
éste hizo una campaña de propaganda y circuló órdenes de que el 12 de
septiembre la gente portara cintas amarillas y las colocara en sus casas.
Como gesto en reclamo de la liberación de quienes su propaganda llama
"los cinco héroes prisioneros del Imperio".

Este tipo de auto-demostraciones de apoyo popular eran habituales bajo
el gobierno Fidel Castro pero resultan inusuales bajo su cauto heredero,
el general Raúl Castro.

Y para la sexta heroína, Ana Belén Montes, oficial del Pentágono que
espió para el gobierno de Cuba sin motivación mercenaria (según Scott W.
Carmichael, Inside the investigation and capture of Ana Montes, Cuba's
Master Spy).

Para Montes el castrismo no tiene agradecimiento, cancioncitas, ni
cintajos, sólo silencio. Ella no existe para el pueblo de Cuba a quien
el castrismo bombardea con propaganda sobre los otros reclusos de la Red
Avispa.

Lejos de pedir su libertad, el Gobierno le dice con su
silencio:!Fastídiate por tu entusiasmo al imaginarnos robinhoodnescos!
(El primer año de la prisión de los cinco agentes de Avispa, tampoco el
Régimen dijo ni pío, procurando desligarse de ellos).

En escuelas y centros de trabajo la jefatura entregó a empleados o
alumnos pedazos amarillos de tela o de papel o de cinta plástica - hace
años que en Cuba no existen cintas de tela salvo en la gaveta de alguna
abuelita y, ocasionalmente, en contadas tiendas dolarizadas.
Escolares y empleados temieron perjudicarse políticamente con sus jefes
en caso de desobedecer.
Los directores decoraron las escuelas con lazos en cercas y puertas y
los niños corearon: "Libertad para los cinco héroes". Los escolares
cubanos corean a diario consignas como parte de su "formación
político-ideológica en los ideales del socialismo".

Bastantes adolescentes, siempre reacios a todo, se resistieron
pasivamente a usar la cinta y los profesores en algunas escuelas los
reprendieron y en otras no los molestaron.
En la calle no vi cintas en los brazos o ropa de los transeúntes, como
quería el régimen. Sí algunas señoras mayores y mujeres vistieron
pullovers u otra prenda de color amarillo.

En muy pocas casas y apartamentos colocaron esa señal y ella resultó en
una especie de censo de oficiales del Ministerio del Interior, policías,
funcionarios estatales y chivatos de cuadra.

No faltaron bromas sobre que las banderolas amarillas ante las casas
siempre significaron epidemia, pues el cólera y el dengue se propagan
por La Habana, con total silencio oficial.

A la noche hubo una "gala", concierto con orquestas populares, ante la
Oficina de Intereses de los EE.UU en Cuba -en la Tribuna antimperialista
que el pueblo rebautizó "el protestódromo". Los jóvenes asistieron
masivamente, por la diversión, y solicitaron a sus abuelas algún pañuelo
o trozo de tela amarillos que atarse a la cabeza.

La mayoría de las orquestas cantaron estribillos a las deidades
africanas pidiéndoles libertad para los cinco héroes, convirtiendo el
evento en acto religioso idolátrico.

Y hasta la excéntrica y muy anciana comediante Juana Bacallao cantó,
bailó, y gritó: "Acere…que vuelvan los cinco héroes porque están muy
buenos".

Decididamente, al pueblo de Cuba y al Gobierno los divierte mucho su
tristeza e indignación por la prisión de los cinco convictos de espionaje.

Queda compasión sincera en algunas personas mayores, crédulas de la
propaganda que victimiza a los cinco presos. En familiares de éstos -no
aseguro que en todos pues alguno ni los conocía ni les debía calor
familiar. Familiares que son otros prisioneros de la maquinaria
propagandística de nuestro imperio tropical.

Y un inconmensurable ridículo para el Régimen, que, sin saber con qué
harapos ideológicos cubrir sus vergüenzas, acude a tocar violines y
hacer novela rosa de las fotos de pareja de "los cinco héroes".

Ordena usar lazos amarillos a sus paniaguados y atrae a una multitud con
música y relajo revolucionarios para fingir que esa multitud lo apoya.
Se congracia con sus pretorianos del Ministerio del Interior, después de
que una indiscreción de Fidel Castro delató a la Red Avispa.

Y se queja de "las violaciones a los derechos humanos de los cinco
héroes", "violaciones" que ya quisieran gozar por un día los torturados
presos de Cuba- juzgados sin garantías legales -y aun los que están en
la calle y carecen de la internet, comunicación con el exterior y
alimentación que tienen los cinco.

En EE.UU existen leyes, el Régimen sabe que cumplirán sus condenas
aunque la multitud se remenee bailándole a los orishas y a Castro II
ante la sede diplomática de los EE.UU en La Habana.
En Cuba, por meras sospecha y "convicción moral" de que hicieron una
mínima parte de lo que la red Avispa hizo allá, cientos de cubanos
anticastristas fueron fusilados o condenados a largas penas; y Raúl
Castro en el poder prometió en discurso público que: "No habrá ningún
cambio y si lo hubiera ellos" (los disidentes)"no lo verán".

Sin lazos -ni cadena- pidamos: !Libertad para los diez millones de cubanos!
Que puedan reconstruir una sociedad donde gritar o callar "!arriba!" o
"!abajo!" según quieran sin que nadie les ordene disfrazarse de ningún
color o consigna ni escribirse el número de la bestia para exhibir
"apoyo" al gobernante que los hambrea.

Source: "El Gobierno ordenó ponerse lazos amarillos, pero no le quedó
convincente - Misceláneas de Cuba" -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/523b0f293a682e0bdcde7c28

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