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Tuesday, September 17, 2013

Dos décadas después

Dos décadas después
Fernando Ravsberg
BBC Mundo, @ravsberg
Jueves, 12 de septiembre de 2013

Las aulas están despintadas, los pupitres viejos y en las pizarras
cuesta escribir pero todos los niños cubanos sin excepción van a la
escuela. (Foto: Raquel Pérez)
No dejo de maravillarme cada año cuando se anuncia el comienzo del curso
escolar y confirmo que ningún niño cubano se quedará fuera de las aulas,
ni siquiera los que viven lejos, los más pobres o aquellos necesitados
de una enseñanza especial.
En nuestro continente es un milagro. Pienso en mi país, Uruguay, y a mi
mente vienen los chicos recogedores de basura que rara vez visten la
túnica de primaria o los que no pueden levantarse temprano por andar
pidiendo las sobras de los restaurantes en la madrugada.
Quienes miran la vida desde países desarrollados tal vez no puedan
comprenderlo, pero la inmensa mayoría de los seres humanos vivimos en un
mundo que le niega a 57 millones (1) de niños pobres, desamparados o
minusválidos el derecho a una escuela.
La educación en Cuba arrastra muchos problemas, los salarios son bajos y
la deserción de maestros alta, quienes los reemplazan tienen poca
preparación y las escuelas se fueron deteriorando mientras se
dilapidaban los recursos en proyectos irrealizables.
El mayor obstáculo, sin duda, son los salarios de los docentes, un tema
con graves repercusiones, desde la venta de exámenes hasta el abandono
de las aulas de miles de maestros, incentivado ahora por las
posibilidades de trabajar por cuenta propia.

Muy poco han mejorado sus ingresos a pesar de que el gobierno ya
reconoce que los maestros emergentes –"instantáneos" los llama los
cubanos burlonamente- no tienen la debida preparación y los jubilados
que se reintegraron no serán eternos.
Pero hay que reconocer que el sistema educacional cubano intenta hoy
aterrizar en la realidad de país pobre, obligado a armonizar planes con
posibilidades y recursos, como única vía para hacer sostenible uno de
sus logros sociales más importante y costoso.
Para empezar a ahorrar abrieron preuniversitarios en las ciudades,
cerrando los obligatorios que había en el campo, donde decenas de miles
de jóvenes estudiaban, dormían, desayunaban, almorzaban, cenaban y
tenían atención médica permanente.
Mis dos hijos estudiaron allí y guardan buenos recuerdos de aquellos
días, pero lo cierto es que para otros estudiantes fue un calvario y
sobre todo para sus padres, quienes tenían que hacer magia para
reforzarles la dieta e inventarse un transporte para visitarlos.
Ahora la "beca" comienza a utilizarse cuando es económicamente racional,
me cuentan que algunas escuelas rurales sin suficientes alumnos fueron
cerradas y los niños concentrados en otras más grandes, donde pasan toda
la semana y los viernes retornan a sus casas.
También intentan vincular la enseñanza superior a la economía, algo que
se resume en dejar de formar filólogos o periodistas para que trabajen
luego como camareros, mientras el país necesita agrónomos, médicos,
carpinteros, albañiles o maestros.
Durante los últimos años se redujo el número de plazas en la
universidad, a la par se aumentó la formación de técnicos medios y se
crearon las escuelas de oficios para tratar recuperar la mano de obra
calificada que el país había perdido casi por completo.

Este año la formación de ciencias médicas en todas sus ramas concentra a
85 mil alumnos, lo cual puede parecer exagerado pero lo cierto es que la
medicina es hoy el principal ingreso económico de Cuba y todo indica que
en el futuro tendrá aún más importancia.
20 mil médicos y 30 mil trabajadores de la salud en el extranjero
ingresan más dólares que el turismo y las remesas familiares juntos. Es
un sector que paga sobradamente lo que se gasta en su formación y
produce lo suficiente para tener mejores salarios.
Hoy el mayor reto de la educación es ser económicamente sostenible sin
dejar de ser universal y gratuita, es decir sin cerrarle la puerta a
ningún niño, sea este un huérfano, un síndrome de Down, el hijo de un
campesino, de un albañil o de un delincuente.
Y lo van logrando, este año estudiarán dos millones de cubanos, siguen
abiertas las escuelas de arte y las que atienden a los huérfanos, 800
niños van a la academia de ballet y decenas de miles con minusvalías
físicas o mentales reciben una educación especializada, donde aprenden a
vivir explotando al máximo sus capacidades.
Sin duda la educación ha perdido calidad desde la crisis económica de
los 90 pero lo que es un hecho incuestionable es que este septiembre -23
años después de la desaparición de la URSS- todos los cubanos que
quisieron estudiar encontraron un aula y un educador.

Source: "Dos décadas después - BBC Mundo - Blogs" -
http://www.bbc.co.uk/mundo/blogs/2013/09/130912_blog_cartas_desde_cuba_dos_decadas_despues.shtml

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