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Tuesday, September 17, 2013

Cuba, el alcohol sobre la mesa

Cuba, el alcohol sobre la mesa
Posted on 16 septiembre, 2013 by Wilfredo Cancio Isla

La monocorde Mesa Redonda de la Televisión Cubana ha anunciado que a
partir de la emisión del 13 de septiembre dedicara un espacio cada
viernes para analizar "actitudes y comportamientos sociales nocivos, sus
causas y consecuencias".

Para empezar, el tema de este viernes fue presentado como "El Alcohol
sobre la Mesa" en referencia a un reciente caso ocurrido en el municipio
de La Lisa, en la capital cubana, cuando más de 60 de personas se
intoxicaron y 12 murieron después ingerir alcohol de madera.

De esta forma, se está reconociendo oficialmente y concediendo máxima
importancia a uno de los mayores problemas que enfrenta la sociedad
cubana en la actualidad: el alto nivel de consumo de alcohol. Problema
que tiene larga data en Cuba y que también padecieron los países de
Europa del Este bajo las dictaduras totalitarias del "socialismo real".

En realidad, el alcohol sobre la mesa lo pusieron hace mucho tiempo,
como mecanismo que propiciara la enajenación del pueblo y para que en
alcohol funcionara como un bálsamo macabro para las penas producidas en
una vida de miseria, frustrantes condiciones de vida e incertidumbre
hacia el futuro.

Pipas de cerveza y ron a granel

No fue la CIA ni el Imperialismo Yanqui -los comodines preferidos de la
propaganda oficial- quienes inventaron las pipas de cerveza y el ron a
granel. Fue el gobierno autoproclamado revolucionario quien creo las
condiciones, propició y desarrolló la macabra subcultura alcohólica que
padece hoy el pueblo cubano.

No hay un solo municipio de Cuba que no tenga su pipa de cerveza y
muchos tienen dos, tres o hasta diez. Enclavadas en plazas, edificios
abandonados, viejos parques o un simple espacio descampado, muchas veces
sin mesas ni sillas para sentarse, sin baños o con una simple caseta
sobre una alcantarilla, la pipa de cerveza está presente. Al principio
había jarras o vasos de cartón. Hoy hay vendedores ambulantes que
ofertan latas o pomos reciclados para que el que llegue pueda beber. La
higiene simplemente no existe, la calidad no cuenta. Es un ansia
desenfrenada por beber, poco importa cómo.

Las fiestas populares de los pueblos no son más que una caravana de
pipas, con su maloliente y aguado producto, cuyo único fin es que la
gente se embriague y orine en plena calle, en el mejor de los casos. O
se mate a puñaladas cuando ya es demasiado el alcohol que se ha consumido.

Otra de las variantes utilizadas ha sido la venta de ron, vinos o ron
con refresco a granel. Son bebidas alcohólicas que, como la cerveza de
pipa, jamás se embotellan y cuyos parámetros de calidad son
incontrolables. Esta fue una solución provisional, como las etiquetas
que utilizaban en ocasiones, pero como tantas cosas provisionales en
Cuba, se quedó para siempre. La producción a granel abarata los costos y
reduce los tiempos, sin el más mínimo respecto al consumidor y sin
ninguna garantía en cuanto a la autenticidad del producto, que casi
siempre se comercializa adulterado.

Brebajes de fermentación

Esta proliferación de las bebidas alcohólicas en Cuba se produce después
de un período de abstinencia total. Cuando empezó la escasez de comida,
piezas de repuesto o productos de higiene, desaparecieron también la
cerveza y el ron. La comida y el jabón no volvieron en jamás, pero las
bebidas alcohólicas sí. El gobierno nunca ha sido capaz de producir
malanga, pero sí cerveza. De hecho, muchas provincias de Cuba producen
sus propias marcas de cerveza y de ron para consumo local, dando
cumplimiento así a orientaciones que vinieron de arriba.

En medio de la escasez se desarrollaron también los productores
particulares. Como en Cuba no se da muy bien la uva, la gente empezó a
fermentar arroz, chícharos o cualquier fruta. Lograban hacerlo añadiendo
azúcar prieta y un poco de levadura. Después de unos días ya aquel
líquido tiene alcohol y algunos pensaban que es vino. Por supuesto que
lo beben y lo comercializan.

Mucho peor y más dañino es el alcolifán o alcolitis, resultado de
mezclar con agua el llamado alcohol de 90 grados que se utiliza en los
hospitales. En este caso, es utilizado también en las fiestas de quince,
bodas o cualquier reunión familiar. Un amigo consigue en la farmacia o
compra por la calle un poco de alcohol de 90 y con eso se prepara el
ponche de frutas que se le brinda a los invitados. Esto fue lo que
produjo la reciente tragedia en La Lisa, debido que compraron alcohol de
madera porque es aparentemente igual al otro y se lo echaron al ponche.

Otra variante de horror es la producción de aguardiente a nivel
doméstico. Para ello se fermenta azúcar prieta o miel de purga y se pasa
por un alambique, generalmente de cobre. El producto final, con una gran
cantidad de elementos nocivos, se conoce popularmente como chispaetren,
duérmete mi niño, diente de tigre o bájate el blúmer. En Cuba en los
últimos años se han consumido millones de litros de esta bebida.

Crítica a los planchaditos

A todo ello debemos sumar que en Cuba no está prohibido consumir alcohol
por la calle y que en los establecimientos gastronómicos estatales a
veces la oferta se reduce a ron, cerveza y cigarros. No hay ni siquiera
un pan con croqueta. Y otro elemento a tener en cuenta en la complicidad
estatal con los altos índices de consumo de alcohol, es la gran cantidad
de dinero que gana el gobierno por la venta de bebidas alcohólicas y
cigarros, que aún en moneda nacional tienen elevadísimos precios.

En la actualidad, el gobierno cubano obtiene grandes ganancias por la
venta de cervezas y rones de producción nacional en los conocidos pesos
cubanos convertibles. Igual que llenaron el país de pipas de cerveza,
hoy lo han llenado de puntos de venta de bebidas alcohólicas en divisas.
No hay un lugar de Cuba donde usted no tenga un trago al alcance de su mano.

Los panelistas de este viernes estaban muy alarmados. El doctor Ricardo
González, director de Tratamiento de Adicciones en el Hospital
Siquiátrico de La Habana, levantó su voz para reclsmar que se dejaran de
producir los llamados "planchaditos", los pequeños cartones de ron al
menudeo. Y el periodista Luis Sexto identificó el alcoholismo como una
"falta ética" (¡?) de la población,

"En Cuba no hay una cultura del alcohol, hay una incultura del alcohol",
sentenció Sexto ante la moderadora del panel, la periodista Arleen
Rodríguez Derivet.

Las consecuencias del desmedido consumo de alcohol en Cuba las tenemos a
la vista y no hace falta un panel para descubrirla. Se refleja en las
crecientes cifras de accidentes de tránsito, el alto índice de
criminalidad y la violencia manifiesta en cualquier evento público. Casi
todas las fiestas se acaban como la del Guatao.

Source: "Cuba, el alcohol sobre la mesa | Café Fuerte" -
http://cafefuerte.com/opinion/puntos-de-vista/7070-cuba-el-alcohol-sobre-la-mesa/

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