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Monday, September 09, 2013

Coraje para hacer lo necesario

Coraje para hacer lo necesario
[09-09-2013]
Alberto Medina Méndez

(www.miscelaneasdecuba.net).- A buena parte de la ciudadanía le angustia
pensar en el futuro. La incertidumbre sobre el porvenir se fortalece por
la percepción de que hace falta corregir demasiado para encontrar el rumbo.
La lista de problemas a enfrentar es larga y compleja. Casi todas esas
cuestiones tienen múltiples causas y para abordarlas con seriedad se
deberán encarar diversas acciones.

Hoy la sociedad tiene más sensaciones que conocimientos. Es posible que
no se posea pleno dominio de los detalles, aspectos técnicos y estudios
profundos sobre cada asunto, pero se tiene plena conciencia de su
existencia y además se sufren sus consecuencias sin contemplaciones.

Con la misma simpleza que la gente entiende lo que pasa, aun sin conocer
sus insondables mecanismos, sabe también que para resolver problemas se
necesitan decisiones fuertes e intuye que su implementación puede no ser
muy grata y que se pueden sufrir efectos indeseados. Es el sentido común
el que dice que los inconvenientes no se arreglan por sí mismos y que
hacerlo siempre tiene secuelas e implica atravesar etapas.

Primero se debe entender el problema, disponer de un diagnóstico,
comprender lo que sucede con claridad. Luego vendrá la construcción de
estrategias específicas que permitan afrontar esos asuntos. Unos se
inclinarán por las decisiones duras que recurran a la cirugía mayor para
extirpar de raíz las causas reales y encauzarse hacia una mejora
definitiva, aunque el costo en la inmediatez sea muy elevado. Otros
dirán que para minimizar el impacto se puede intentar algo más gradual,
más lento aunque con las mismas inevitables derivaciones pero
amortizadas en etapas.

Por eso, cuando en la política contemporánea se discuten candidaturas,
partidos, frentes y hasta se evalúa el humor social, probablemente se
equivoca el camino. La sociedad enfrenta problemas importantes que
requieren soluciones concretas. Se podrá discutir si los temas deben ser
atacados al mismo tiempo o el nivel de contundencia a aplicar, pero lo
que resulta innegable, es que más que candidatos hacen falta ideas de
cómo superar un presente que pretende prolongarse en forma indefinida.

Esta situación es el corolario de las pésimas políticas del pasado y las
patéticas actitudes de la actualidad, a lo que se agrega la inocultable
mezquindad de los dirigentes de este tiempo, siempre más preocupados en
sumar votos que en resolver las evidentes adversidades.

Para salir de este círculo vicioso hace falta seleccionar a los mejores,
no sólo a los que puedan construir un triunfo electoral sino a los que
sean capaces de diseñar proyectos serios para un cambio real. Los
postulantes de la política que prometan un futuro brillante omitiendo
plantear las dificultades que habrá que sortear para conseguirlo,
mienten descaradamente, le faltan el respeto a la gente, a su
inteligencia, para convertirse en simples embusteros seriales y ser sólo
más de lo mismo.

Salir de este enjambre, de esta maraña de insensatez política, requiere
de mucho talento, pero resulta imprescindible para poder transitar esa
etapa, una gran determinación y una perseverancia a prueba de todo.

Para dar vuelta la página triste de la política actual, se precisan
estadistas, gente dispuesta al desafío de pasar a la historia grande y
no dirigentes que dependan de las urgencias electorales. No se pueden
hacer cosas importantes mirando el corto plazo.

Es tiempo de buscar políticos que puedan mostrar integridad y solvencia,
aptitud y decencia, que miren a los ojos a la gente para decirles que lo
que viene será difícil, que habrá que superar tiempos de inmensas
dificultades, que una generación de ciudadanos deberá hacerse cargo,
como corresponde, de los errores del pasado, para que la siguiente pueda
asumir sólo lo que le toca sin tener que pagar la fiesta ajena.

Se necesita mucha valentía para decirlo pero más valor para hacerlo.
Será el momento de mirar con lupa, de buscar lo vital. Si se repiten las
promesas de siempre y los sueños de un futuro sin esfuerzo, será esa la
nueva ruta hacia una fantasía que jamás llegará.

Hay que estar dispuestos a hacer un gran sacrificio en la coyuntura,
para que llegue el indispensable sinceramiento que precisa la realidad.
Eso implica trabajo y renunciamientos. Los que propongan un mundo de
maravillas sin esfuerzos estarán faltando a la verdad descaradamente.

El futuro genera cierto temor. La transición no será fácil. Hay que
prepararse para tiempos de turbulencia, que serán tolerables sólo en la
medida que se tenga la capacidad de seleccionar a los mejores, a los más
honestos e idóneos. De lo contrario sólo se prolongará la agonía y, más
tarde o más temprano, se tendrá que aterrizar a la realidad que se
intenta esquivar desde hace mucho, sólo porque esa fotografía no
resulta agradable y demuestra lo mal que se han hecho las cosas hasta
aquí. Habrá que entender que es tiempo de tener el "coraje para hacer lo
necesario".

Source: "Coraje para hacer lo necesario - Misceláneas de Cuba" -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/522d9b0b3a682e0d9467cb88

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